Iris Miranda, un pasaje a La India

Creativo

“Los grandes espíritus son como las nubes:

recogen para derramarse.”

-Kalidasa (0375-0415)

Poeta de corte y dramaturgo indio

Segundo periodo de la literatura sánscrita

Un pasaje próspero, liviano, a pesar del horario que anidan más de 5,000 millas entre El Caribe surcando el mirador invariable del cielo, hasta el punto de destino, esa tierra que saludan los espíritus; tierra alquímica arada en un idioma franco al alma. Imaginar el plano de descenso a la cercanía de La India, supone un afán visionario para cualquier poeta. La India siempre ha sido poesía, los calendarios no han soportado los hermosos registros de manifiestos. Por registro podemos decir Kalidasa, una de las principales figuras de la literatura oriental. Destaca, ante todo, por sus tres dramas en verso sobre el amor romántico: Sakuntala, el más famoso de los tres; Urbasi, y Malarika y Agnimitra. Poeta de facciones adónicas, que hizo que una princesa llamada Vidiottama pidiera casarse con él. Kalidasa -cuenta el registro- había crecido sin mucha educación, y la princesa era extremadamente erudita, y empezó a avergonzarse de la ignorancia y tosquedad de su esposo. En una ocasión, la princesa Vidiottama trató con sarcasmo a Kalidasa, y este quiso suicidarse tirándose en un pozo. En ese momento, le pidió ayuda a su diosa Kali, y fue recompensado con un regalo súbito y extraordinario de capacidad poética. Ya después escribió también dos poemas épicos: Raghuvansa (La dinastía de Raghu) y Kumarasambhava (El nacimiento del rey de la guerra), además de numerosos poemas líricos caracterizados por sus hermosas descripciones de la naturaleza y sus hondas emociones. Sus principales obras se han traducido a muchos idiomas. Uno de los poemas, La nube mensajera, inspiró al dramaturgo alemán Friedrich von Schiller su obra María Estuardo (1800), mientras que Sakuntala proporcionó la idea para el prólogo de Fausto, del poeta alemán Johann Wolfgang von Goethe.

La India, profunda en palabras, misterios y oráculos. Basta sumergirnos al registro de Gautama Siddharta, El Buda, que tanto sedujo a Hermann Hesse, a Foucher, Helen Baroni, William Woodville, Matos Paoli, y al mundo. El hombre relatado a infinitud en Benarés, Ciudad Santa de La India, encontró su respuesta a la iluminación bajo el árbol de Bodhi llevando después el mensaje ancla y continuidad del budismo a muchas almas, que son un universo.

Iris Miranda, siempre ha sido poeta. La poesía junto a ella ha hecho su morada de expresión y su cauce de redención. Óptica del desierto, su último libro editado y publicado por la editorial Los Libros de la Iguana del poeta y miembro del Colectivo Guajana Reinaldo Marcos Padua, ha recibido elogios por parte de la crítica. Voces titulares, entre ellas la de Marcelino Canino, han mencionado la excelencia de este libro, y también su peculiaridad, pues como un salmo, va levitando la esencia de la niñez, sobre todas las guerras y las heridas, el verbo entonces adquiere inmanencia, busca destinatarios, esboza su imaginería de una forma eficaz, deslumbrada y propia:

“En una libreta de tomar notas en taquigrafía y un lápiz rojo a los tres años, fue mi primer poema de amor para mi abuela, quien era una señora hermosa de clase humilde, que olía siempre rico y cocinaba delicioso. Siempre me celebró todo lo que escribía y no había en su casa muchos libros.

Me provoca mucho el silencio, y más cuando se trata del silencio de las cosas bellas o en tránsito de ser objetivizadas bellas por medio de la palabra. Van conmigo los poetas de la casa primero: José de Diego, Luis Lloréns Torres, Julia de Burgos, Luis Palés Matos, Juan Antonio Corretjer; de Latinoamérica: Gabriela Mistral, César Vallejo, Oliverio Girondo, Pablo Antonio Cuadra, Pablo Neruda y Ernesto Cardenal; de España: Antonio Machado, Miguel de Unamuno, León Felipe, Gerardo Diego y la lista es más larga.  Pero si lo que quieres saber es a quien me place leer y releer, te confieso que tengo una másmedula zen maravillosa: Octavio Paz y Oliverio Girondo.  Las “oes” me encantan.  Ommmm.”

Percibimos en ella, las virtudes de la transparencia, la verticalidad, y el compromiso. Ya por seis años ha sido miembro de la Junta de Directores del Festival Internacional de Poesía de Puerto Rico, profesora de Español y Literatura Hispanoamericana en la Universidad Politécnica. Luego de esta carta de viaje, hablamos de su proceso creativo, su ignición presta a confrontarse con el latido de la imagen:

“El poema nace cuando la musa me posee. No lo busco, él me busca y a veces con una insistencia imprudente como un parto de silencio que me doblega donde quiera que esté y a cualquier hora.  Escribir es una experiencia que atesoro con sin igual respeto. A veces, es por la noche o por la madrugada. Transcribo o grabo el poema con lo que tenga  a la mano. Luego descansa, me habla  y lo perfecciono como el pintor, su pintura.  Para escribir busco el camino del silencio aunque haya fiesta a mi alrededor”.

Hubo un pasaje a La India, un viaje cruzado a la tibia geografía de los continentes, en altura crucero de 35,000 pies, en cielo azul sin límite con el mar. Hubo un pasaje a otro reino, dejado libre por aquel abogado de Porbandar, que defendía y promovía ampliamente la total fidelidad a los dictados de la conciencia, llegando incluso a la desobediencia civil si fuese necesario, mantuvo correspondencia con León Tolstói, quien influyó en su concepto de resistencia no violenta. Fue el inspirador de la Marcha de la sal, una manifestación a través del país contra los impuestos a los que estaba sujeto este producto, fue encarcelado en varias ocasiones, y pronto se convirtió en un héroe nacional. En 1931 participó en la Conferencia de Londres, donde reclamó la independencia de la India. Sí, era un pasaje a la vasta tierra proclamada a la libertad por Mahatma Gandhi. La poeta relata el prodigio:

“Sobre mi viaje a la India, te cuento que sueño que estoy allí todas las noches,  que las anécdotas comienzan y no terminan. El primer estremecimiento me lo provocó leer el libro de los Sonetos de Sri Aurobindo en uno de los espacios de un templo en Delhi: pura luz. Mario, India es magia, es poesía, huele a incienso, embriaga con sus ruidos u oraciones, sorprende con sus contradicciones. La admira uno desde el caos ordenado que presentan sus calles, donde comparte el espacio un zoológico libre. Y qué gente hermosa desde adentro hacia fuera. En su mayoría, muy espirituales,  tolerantes y proactivos.  En India, hay millones de religiones y de microempresas que les permiten a muchos vivir una vida sana. Ojalá las multinacionales no se antojen de dañarlos y sus mantras protejan su amplia convergencia de culturas”.

Eso convoca al mirador dorado, la envergadura y sustancia de la poesía y sus divergencias en esa India ancestral, crepuscular, boreal, imaginaria y terrenal:

“La poesía India puede ser escrita desde el místico mantra, o sus especias, o su urbe, con sencillez; pero suele ser dividida en dos grandes momentos: la poesía de la Independencia y la poesía Postindependentista o moderna. Según aprendido hasta el momento de poetas como Nissim Ezekiel, dramaturgo, crítico nacido en Mumbai un 14 de diciembre, como esta servidora, la poesía, en la multilingüe India, tiene una lengua reciente común, se escribe mayormente en inglés, para mi sorpresa. Los temas y tratamientos de la poesía india, incluyen: una fuerte presencia del misticismo, la voz del feminismo, lo cotidiano como objeto de reflexión y la experimentación lingüística.  Otra de las poetas recientes que ha llamado mi atención es Rukmini Bhaya Nair (1952), profesora radicada en Delhi, cuya poesía es de verbo aparentemente sencillo. Les invito a leerla.

Lo más importante de mi viaje a la India no fue el leer y dar a conocer mi poesía, a Puerto Rico, a Oscar, a Julia, o dejar sus libros allá, sino el compromiso inesperado de mi parte de trabajar junto a la Fundación Nihal (Nihal Foundation) en la difusión de valores para los niños que carecen de recursos educativos en una economía que se levanta con todos los males del desarrollo económico. Mi poemario para niños, Flor de luna, será traducido al punjabi con este propósito en mente. Me hallo trabajando en un plan educativo con ellos”.

Como siempre, indagamos sobre un panorama mayor en nuestras letras nacionales, en sus tránsitos y discursos:

“Creo en la honestidad  con que los escritores puertorriqueños escriben sus obras. Tenemos de todo. Hay poetas polifónicos como poetas de voz delirante, creo que nuestra pasión por escribir y publicar está abriendo fronteras  en una coyuntura de gran efervescencia en todas las artes en Puerto Rico.  Esto se nota en la cantidad de escritores que reciben invitaciones genuinas de otros países para asistir a sus lecturas, festivales y congresos alrededor del mundo.

Creo que espacios como estos en la internet también nos ayudan a propulsar nuestra antiguamente marginada voz por lo que aprovecho para agradecerte esta entrevista e invitar al lector extranjero a que conozca cómo se escribe desde nuestra pequeña inmensidad puertorriqueña. Creo, en cuanto a los desaciertos que hubiere,  que solo el tiempo dirá lo que será característico de este maravilloso momento en donde ya tenemos voz a través de la embajada cultural más poderosa: la internet”.

Iris Miranda cruza la frontera y muestra al mundo un Puerto Rico de letras, cultura y lucha en esa gran tierra de aliento brahmán, o mosaico de avatares y espejos, India de los milenios, India de siempre. Allí, por el resto de sus noches y días, Julia, Palés, Angelamaría, la poesía puertorriqueña abren su voz como parte de la grandeza de este mundo, y todos los mundos que llegarán, al soplo del tiempo.

Más información sobre este magnífico viaje y su diario en:

http://rosesonfireselectedpoetry.wordpress.com

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