Racismo en el imaginario en torno a Santurce

Cultura

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Por razones que desconocemos el gobernador, Alejandro García Padilla, declaró el viejo casco de Santurce urbano, en la región de la urbanización Sagrado Corazón, como área protegida de conservación histórica. Es cómico, pero dicho barrio queda al tirar de una piedra de los históricos barrios y comunidades obreras de Barrio Obrero y Villa Palmeras. Es interesante, pues el gobernador de facto y de jure, declaró como zona histórica una vieja comunidad de hacendados y colonos cañeros que vivieron en la zona de Sagrado Corazón. Es decir el gobernador se alineó con el gran capital, en lugar de con los sectores obreros y populares.

No obstante, la acción tomada por el gobernador, con el claro apoyo de los propietarios de dichas residencias hoy devaluadas y muchas de ellas en completo estado de deterioro, representa una mirada de lo que es un Santurce próspero. Es decir, Santurce fue próspero, cuando las elites sociales lo controlaban. Santurce próspero es uno que es racialmente blanco, sectores de clases medias adineradas o clases burguesas. Santurce prosperó o, nunca es popular, pobre, y más que nada racialmente negro. Culturalmente hablando, esto es un desacierto, por decir lo mínimo.

Lo que conocemos hoy como Santurce, desde el puente de la Constitución hasta Punta las Marías, incluyendo todo el sur de la ciudad como Trastalleres hasta Barrio Obrero, fue fundado en el Siglo 17, bajo el nombre de Barrio Cangrejos. Se consagró en el Siglo 18, y se convirtió en poblado independiente bajo el nombre de San Mateo de Cangrejos. Se trató de un poblado fundado por negros libertos, cimarrones y mulatos. Es el único pueblo fundado por negros en Puerto Rico. Es en el 1880, un español elitista, Pablo Ubarri Conde de Santurce, pide que se nombre tal región con su apellido. En otras palabras, Santurce próspero es español, pero nunca se mezcla con lo negro o sectores populares que fueron los que lo fundaron.

Como parte de esta línea de pensamiento, este fin de semana se recreó un combate entre las fuerzas militares españolas del Siglo 18 y la armada de Inglaterra, que en el 1797 intentaron invadir y dominar la isla. Es curioso, pues la recreación se perfila solo a partir del ejército español en su versión pura, y no en su versión compleja. En otras palabras, lo que omitió el ejercicio de relaciones públicas realizado en las inmediaciones del Fuerte de San Felipe del Morro, fue el hecho de que los primeros  que reciben y resisten a los invasores, lo fue una Compañía de Morenos, es decir una milicia urbana compuesta por hombres negros, mulatos y africanos libres que vivían en la región de Santurce. Estos son los que defendieron en Santurce la invasión de los británicos. No obstante, en la recreación se omite completamente la contribución que hace la Compañía de los Morenos.

En estos días se viene hablando mucho de que hay que revitalizar a Santurce. En particular el Santurce popular, negro y empobrecido. Lo que es curioso, es el hecho de que esta mirada es consistentemente racista, como lo ha sido la historia de aquellos en el poder que viven y han definido nuestro entendido dominante hoy de lo que es un Santurce próspero. Santurce, podrá tener edificios abandonados, pérdida poblacional, y problemas sociales. No obstante, tiene un dinamismo cultural, económico y social, que pocas regiones en el país tienen. Pensar de esta forma es no ser racista. Pensar desde los sectores históricamente dominantes es invisibilizar y profundizar en prácticas racialmente discriminatorias.

Por ejemplo, la comunidad dominicana le da un dinamismo a Santurce que es extraordinario, desde Barrio Obrero hasta Miramar. De los 25 restaurantes que existen en la Ponce de León, 18 son dominicanos. Los más próspero (entiéndase, Levis, El Camarón, Dos hermanos, Los Pinos, Plaza 18, entre otros), son todos dominicanos. Los mejores centros de venta de música salsera, se encuentran todos en Santurce. El más conocido es Viera, la Catedral de la Salsa. Hoy se ha inaugurado el principal salón de baile en la parada 16, llamado La cueva del Cangrejo.

En fin, que los que piensan que la prosperidad vendrá, nuevamente, en el futuro atraída por los grandes intereses y el capital, no solo están equivocados, sino que reproducen un pensamiento de exclusión que solo se puede entender como racialmente discriminatorios. Es decir, son racistas.