Pinar del Río, Cuba- Considerada una de las marchas más increíbles de la guerra independentista, la campaña mambisa para recibir la expedición del boricua Juan Ruiz Rivera en 1896, es el eje de la llamada Cruzada Audaz.
Ese azaroso recorrido de la Sierra del Rosario a la península de Guanahacabibes, burlando los sistemas defensivos del enemigo, inclemencias del tiempo y obstáculos del terreno, fue una verdadera proeza de magnitud excepcional liderada por el general Antonio Maceo y sus tropas, comentó a Prensa Latina el historiador Jorge Freddy Ramírez, autor de una investigación sobre el tema.
Según el estudioso, lo novedoso del análisis es que integra combates y otros pasajes hasta ahora vistos aisladamente y que forman parte de la gran marcha de ida y vuelta por el occidente cubano, que duró un mes y 15 días y tuvo como finalidad proteger el cargamento de armas y pertrechos, traídos por Juan Ruiz Rivera en el vapor Three friends.
Cruzada audaz, que aspiro pueda sintetizarse en un libro, revela la incalculable estatura de Maceo como estratega militar, capaz de vencer a un ejército muy superior en número y equipamiento bélico, guiado por oficiales de experiencia, graduados en academia, añadió.
Al referirse a otro de los aportes mencionó que las pesquisas develan el peso que tuvo la población civil, llamada impedimenta, como acompañante del contingente insurrecto.
Con material gráfico, mapas que muestran recorridos y ubican escenarios donde se realizaron acciones combativas, la reconstrucción histórica retoma todos los capítulos del itinerario, compuesto por unos 400 kilómetros, un largo camino desafiando fortificaciones, contratiempos del período lluvioso y la persecución de las columnas españolas, adelantó.
La expedición partió el 26 de agosto de 1896 y regresó vencedora el 10 de octubre del mismo año, seguida por cientos de personas, que se fueron incorporando a lo largo de la trayectoria desde la Sierra del Rosario, perteneciente ahora a la provincia de Artemisa, y hasta el Cabo de San Antonio, en la vecina Pinar del Río.
pgh/ap