Magía en la Loiza... Pequeño Sefarad...

Caribe Imaginado

Dedicado a la memoria de Norma Salazar... incansable defensora jubilosa de la cultura. Porque te conocí de niña y te bese hace poco… gracias por defender el Folclor. Amante de Santurce.

La Calle Loíza ha sido desde tiempos remotos una ruta recta llena de espirales. Matizada por sus contrastes, sus inmigrantes, su población flotante y diversidad de etnias, que cohabitan pacíficamente, en este ecosistema ciudadano mágico. Imaginario de realidades en movimiento. El camino trae sorpresas en cada rincón singular caribeño. Conviviendo en tolerancia y una vibrante actividad que atesora su singularidad en su trayecto.

Imagino la Calle Loíza y sus caminantes ancestrales, andando hacía Loíza Aldea, llevando las historias folclóricas de las polleras, los verduleros, los cuentos de amores allí surgidos, de las ferreterías que ayudaron a construir edificios hermosos, y ahora deshabitados y vacíos. Llenos de murmullos pasados, que quieren reflorecer. El camino trae sorpresas. !Imaginando nueva vida! Camino peatonal amigable, el cual enlaza cada paso, lleno de gente diferente. Como el hombre del quiosco de la esquina, que vende frutas y luego de la lluvia, se seca el rostro con una toalla, viendo los mangoes esparcidos por el rocío.

Libertad y aceptación de razas, sinagoga, sonrisas griegas y dominicanas, argentinas, cafés budistas. Escuelas con energía fresca y cines abiertos al aire libre. Cultura compartida. Siempre algo nuevo. Aromas que se escapan y música refrescante. Energía y olores que se mezclan sensorialmente en libertad de espacio. Memorias del camino sabio que junta gente en momentos y así mismo se bifurcan y se desvanecen.

El camino también trae gente nueva con pasiones, sueños y construcciones. Las almas prevalecen, queriendo hablar desde los edificios abandonados con recuerdos de fotos viejas. Un suspiro por el capital social de enlace constructivo que desea en el presente fortalecerse. Albergando nuevas ideas y renacimiento.

Los espíritus viejos estarán sonriendo, en cada rincón especial. El camino singular que contiene historia la cual, desea ser compartida. Donde se aúnan energías sensacionales de seres en la magia del microcosmos isleño. Nada es igual, siempre hay sorpresas en el andar.

Quiero escuchar el silbido agudo del vendedor pregonero que grite sonriendo: "Azucenas". Y que celebren sus Fiestas de la Calle Loiza, las futuras… dedicadas a Norma. Imaginando Santurce en el hoy.

Azucenas para celebrar la vida.