Contienda capitalina y el gustazo puertorriqueño por la política

Política

Un anunciador de radio con exagerados bríos me recuerda que faltan unos 813 días para las próximas elecciones generales. Pero esto no me debe de sorprender. Nosotros los puertorriqueños no podemos vivir sin hablar diariamente de política.

En San Juan, el Partido Nuevo Progresista (PNP) se ha revolcado en una contienda para elegir el presidente de su comité municipal. Parece poca cosa, pero el ganador de esta contienda tiene buenas probabilidades de ser el candidato de su partido para alcalde de la capital. Este domingo se celebra una primaria de cuatro candidatos, todos conocidos por los votantes, para escoger al dirigente municipal PNP. El PNP, el partido de la estadidad, es probablemente el que tiene más militantes de fila, a pesar de que perdió los pasados comicios generales así como la poltrona de San Juan. La actual alcaldesa Carmen Yulín Cruz mantuvo una campaña con poca presencia en los medios. A base de muchas caminatas y visitas a vecindarios, caseríos y barriadas sacó del puesto a Jorge Santini, quien aspiraba a su cuarto término.

Fue tan sorprendente su victoria que a Santini se le quebró la salud. Les digo, la política en Puerto Rico es cosa seria. Tan seria que la contienda del domingo ha traído en los últimos tres meses afiches en los postes de luz, anuncios en la radio y hasta caravanas. Escribir de política me place. Y es que hay tantos personajes en ese menester. Dicho esto voy a presentarles a los candidatos.

La primera posicionada en la papeleta es la exsenadora Kimmy Raschke, quien espera atraer el voto evangélico. Para dar algo de trasfondo es hija de un controvertible, pero harto conocido predicador. Fue reportera en la principal emisora de noticias antes de ser portavoz de prensa del gobierno municipal capitalino. Después de un término mediocre en el Senado perdió en primarias. En Puerto Rico hay muchos evangélicos, pero me atrevo decir que esta simpática exreportera no tiene gran oportunidad.

Esto nos lleva a otro exsenador por San Juan, Roberto Arango, quien vuelve al ruedo político tras un escándalo que lo llevó a admitir su homosexualidad y a dimitir su puesto. Arango, un exitoso hombre de negocios, es un político sagaz. Como senador trabajó bien su territorio, y es conocido en todas las barriadas y residenciales públicos como un senador que da la cara y la mano cuando alguno de sus constituyentes pobres necesita ayuda. Como candidato gay, es una anomalía en una sociedad de macharranes, pero sería un error restarle importancia a su candidatura.

También está Miguel Romero, un abogado corporativo que fue Secretario del Trabajo y Jefe de Gobernación bajo Luis Fortuño. Su candidatura merece atención. Es un hombre que no viene de alta cuna y ha tenido que trabajar duro toda su vida. Se pagó sus estudios en trabajos diversos, desde boletero de cine hasta crupier de casino hotelero. Como miembro del bufete corporativo más grande de San Juan, se ganó el respeto profesional de sus pares. Pero, Romero podría estar demasiado vinculado al exgobernador Fortuño y a la Ley 7, bajo la cual miles de servidores públicos perdieron sus trabajos.

Por último, tenemos a Leo Díaz, quien fue senador por dos términos y después presidente del PNP. En los últimos años, su diploma de leyes le ha facilitado uno que otro jugoso contrato gubernamental. A Díaz se le considera el favorito por su trayectoria política y su vínculo con la maquinaria del PNP. Está ligado al movimiento estadista desde sus años de estudiante universitario y es el mejor orador de los cuatro.

¿Qué les parecen estos personajes? Mucho político, ¿no?

Crédito foto: PNP, Wikimedia Commons, bajo licencia de Creative Commons (http://creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0/deed.en)