"Escribimos para saborear la vida dos veces,
en el momento y en la retrospección."
Anaïs Nin
Nos gusta saborear la vida y nos gusta respirarla gustativamente. Escribir...es como no tocar conscientemente ni cortar una flor para mañana; es admirarla y ver su belleza viva.
Para poder leer la vida prevaleciente, escribir prefiriendo utilizar las palabras para volar y cruzar puentes, que nos llevan a caminos nuevos y gratas sorpresas cambiantes. Madrugando la intención de esperanza y sueños...un viaje volviendo a la grandeza inmanente infinita y un trayecto que te lleva frente al espejo para aprender del maestro alfabético. Y los acentos llegan como imánes, atrayendo una cadencia de un ritmo andante.
El alma tránsita apalabrándose y se deposita en el papel. El cambio y evolución de la lengua... la cual restructura realidades y continúa la creación. Cambiando paradigmas, imparables. La vida pierde el sentido, cuando la evolución y el bolígrafo se detienen.
Al igual que el piano en silencio. Tenemos que vivir de todas formas, así que escojamos entonces, un rumbo de felicidad. Inmortalizando así, las almas despedidas para perpetuar sus obras y grandeza. O retener el momento aquel cuando se detuvo tu respiración...al verle pasar.
Prefiero escribir a mano, y recibir esos mensajes aéreos, arrojados por los Anillos de Newton... Donde se unan el cielo y la cinta del mar...allí te espero...para recoger la botella arrojada al Dios de las palabras.