Puerto Rico [Argentina] y los fondos buitres: ¿fin del Estado moderno?

Política

A los capitalistas del siglo 21 les molestan dos asuntos, los cuales están completamente interrelacionados: por un lado las clases medias, sean unionadas o asalariadas, y la mera presencia del Estado, que de una forma u otra es un aparato costoso, y peor aún impone tributos para satisfacer sus obligaciones. Ante esto,el capital corporativo más que los medianos y pequeños capitales, ha trazado una campaña global contra ambos objetivos. En esa medida, sea usted clase media en Puerto Rico o en Argentina, usted es un problema.

De igual modo, sea usted el Estado en Puerto Rico o en Islandia, el interés del capital es desmontar dicha estructura. Los ejes de la conversación, como hemos indicado en el pasado en varias columnas, tienen que ver más que nada con formas que se han popularizado en los últimos tiempos, muy de moda en los EE. UU., que son las clases medias las responsables de la crisis. En particular, porque viven con beneficios económicos que hacen onerosos los procesos de acumulación del capital. ¿Plan médico?¿Plan de retiro? ¿Bonos de competitividad? Estos derechos contractuales, ya sean de empleados asalariados o empleados unionados, son hoy el problema. Lo interesante es que convierten la cultura dominante en una patronal y hacen de toda la población un equipo de apoyo a dicha cultura. “Son los empleados los que no quieren trabajar y solo desean beneficios”, es un comentario muy común en estos días. 

De otra parte, está el Estado, quien cada vez más es pronunciado por el capital corporativo como el responsable de la crisis económica por la cual atravesamos. En esta medida, es por la “irresponsabilidad del Estado en asumir préstamos internacionales, que hemos llegado a esta crisis”. Es curioso, pero todos los Estados o un gran por ciento de ellos, atraviesan por similares predicados. En esta medida, se trata de un proyecto salvaje de desmontar el Estado, ya no el benefactor o asistencialista el cual fue parcialmente desmontado en los pasados 30 años, sino desmontar el Estado. 

Ante esta situación, donde los Estados se han proclamado incapaces de honrar los planes de retiro de su población, como así los servicios básicos para esta (agua potable, luz eléctrica subsidiada, transporte colectivo subsidiado), el capital corporativo emerge como el salvaguarda del “no sabemos qué”. Es decir, estos intereses económicos piden privatizar los servicios esenciales para ellos poder competir y acumular. Pero, ¿es eso bueno para el pueblo?

El último asalto del capital corporativo son los llamados fondos buitres. Una idea del entonces secretario del tesoro de los EE. UU. en el 1989, Nicholas Brady, quien permitió que los fondos de capital de su país adquirieran la deuda soberana de países en quiebra. La deuda soberana se compra a un 20 o 30 por ciento de su valor real, y los fondos buitres pasan a demandar a los Estados para forzarlos a pagar su valor nominal en papeles.

En este momento Argentina vive asediada por los fondos buitres que, en medio de la crisis del “corralito” de 2001, adquirieron la deuda soberana de dicho país y hoy le exigen al Estado que la pague al precio que no tenían en su momento. De igual forma, algunos bonistas (acreedores) del Gobierno de Puerto Rico hoy han iniciado pleitos para cobrar sus dineros que según ellos han perdido valor. ¿Curioso, no?

Nos encontramos en el último episodio de una larga pelea entre el capital corporativo y el Estado. Lo curioso del dato es que nos fuerza a nosotros, los ciudadanos y las ciudadanas de a pie, a tomar posición: o a favor del capital corporativo o a favor del Estado. Es curioso, pues aún el Estado es el que, entre otras cosas, me garantiza un tipo de bienestar social compartido. De verdad, ¿es que tiene algo de malo que el sistema de transportación publica en San Juan de Puerto Rico o la transportación marítima de Vieques y Culebra a Fajardo, Puerto Rico, esté subsidiada por el Estado? ¿Tiene algo de malo que los empleados de ambos sistemas de transportación tengan condiciones salariales y de beneficios que les garanticen una calidad de vida adecuada?

Nada, el espejo de Puerto Rico hoy en el 2014 lo es Argentina. Investigue donde estaba dicho país en el 2001 a 2002, cuando se inició la crisis del llamado corralito, y donde está hoy en el 2014. Si está mejor, sigámosle. Si está peor, pues entonces reflexione qué hacer. Investigue.

Crédito foto: Svilen.milev, Wikimedia Commons, bajo licencia de Creative Commons (http://creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0/deed.en)