Muere la reforma migratoria y se complica el panorama para los inmigrantes caribeños

Política

El lunes 30 de junio el Presidente Obama anunció que el proyecto de reforma migratoria estaba muerto. Esa noticia no tomó por sorpresa a nadie ya que la Cámara de Representantes había bloqueado todo intento de aprobación de la reforma aprobada por el Senado. No podemos perder de vista que recientemente Erick Cantor fue removido del liderato de la mayoría al ser derrotado en una primaria por un candidato del Tea Party quién corrió con una plataforma fundamentalmente anti-inmigrante. Ese evento, que sí sorprendió a muchos, es la razón principal para que Obama haya hecho el anuncio sobre la muerte de la reforma migratoria.

Estados Unidos está enfrentando una grave crisis humanitaria. Cerca de sesenta mil niños centroamericanos han llegado a la frontera de Estados Unidos con México desde el pasado octubre a esta fecha. Niños sin acompañantes. Este dato nos indica que, contrario a lo que cree Obama, no se trata de niños que son enviados por sus padres sino que son menores que vienen a reunirse con sus padres. Esos niños están huyendo de situaciones como las de Honduras y El Salvador, países donde la violencia tiene nombre y apellido, Estados Unidos. El intervencionismo de Estados Unidos en Centroamérica hoy se manifiesta por medio de sus resultados.

En el Caribe la muerte de la reforma migratoria son malas noticias. Existe una gran población inmigrante indocumentada en Puerto Rico, sobre todo procedente de República Dominicana y Haití. La comunidad haitiana tiene una ventaja ya que todavía queda protección bajo el TPS del 2010. Los dominicanos en la isla, sobre todo aquellos recién llegados, se quedan sin posibilidad de salir de Puerto Rico, ver a sus familias o tener documentos regulares para poder ser empleados. Esto quiere decir que el inmigrante indocumentado queda a merced de posibles patronos que abusan de su situación y los mantienen en condiciones de sub-empleo.

El anuncio de Obama tuvo otra dimensión. Si el Congreso no actúa el Presidente lo hará por su cuenta. Ya hace unos años que lo que se logra en el campo de la inmigración se da por vía de decreto presidencial. El problema con esa medida es que tiene un efecto negativo en el debate público. Sectores populistas, como el Tea Party y otros, le atribuyen visos de inconstitucionalidad a los actos presidenciales sin aval congresional. Esto significa que el debate deja de ser uno de Derechos Humanos para convertirse en un debate de lucha de poderes. Por otro lado los actos de Obama, que son legítimos y convenientes, tienden a provocar una regularidad legal irregular y la incertidumbre de los sectores inmigrantes es cada vez mayor. Las próximos elecciones intermedias no anuncia cambios significativos Sólo una victoria contundente de sectores progresistas en Estados Unidos podrían provocar un cambio de política real en el tema migratorio. El problema es que ya no hay progresistas, al menos en el Congreso quedan dos o tres, y el Partido Demócrata no tiene liderato progresista real. Malas noticias para la reforma migratoria.

Crédito foto: Visual Artist Frank Bonilla, www.flickr.com, bajo licencia de Creative Commons (https://creativecommons.org/licenses/by-nd/2.0/deed.es)