Influencia canaria en la religiosidad lajeña: 131 años de tradiciones y costumbres de un pueblo

Historia

El 1º de julio de 2014 se conmemoran 131 años de la fundación del Municipio de Lajas. En septiembre se celebrarán los 130 años del establecimiento de la parroquia de Nuestra Virgen de la Candelaria, patrona del pueblo católico lajeño. Ambas celebraciones presentan un denominador común, la influencia recibida de parte de los emigrantes procedentes de las Canarias, a quienes se les conoce en la península ibérica como isleños.

Los canarios han estado presentes en la historia puertorriqueña desde comienzo del proceso de colonización. Las Islas Canarias eran puerto obligado de las flotas castellanas que salían de la península en dirección a las Indias. No obstante, es en el siglo XVIII que se intensifica la llegada de estos a nuestras costas. Siglo importante en la formación de lo que hoy día es el pueblo de Lajas. Debemos indicar, que los canarios, producto de un mestizaje, posiblemente milenario, fueron parte importante del proceso de colonización de Puerto Rico; aportando parte de sus tradiciones y costumbres a nuestro acervo cultural. No ha de extrañarnos, lo que muchos especialistas indican, que nuestra lengua es fruto del habla canario.

En otros aspectos, la caña de azúcar, uno de los productos, que en su momento histórico, fue de los principales cultivos en Lajas y Puerto Rico, llegó a través de estas islas. De igual forma, podemos decir que el ñame, el plátano, entre otros bienes agrícolas, realizaron el mismo viaje. A su vez, desde las Canarias se transportaron cerdos, cabras, ovejas y perros. Junto a estos productos hubo otras aportaciones gastronómicas, entre ellas el gofio, el sancocho y el mojito.

Sin embargo, para los lajeños, la influencia canaria que más los ha transformado fue la devoción a la Virgen de la Candelaria, patrona de todo el archipiélago canario y de algunos lugares en América donde los descendientes de estos emigrantes calaron fuertemente. La advocación de la Virgen de la Candelaria comienza específicamente en la isla de Tenerife, aunque debemos señalar que la fiesta de la Candelaria, celebrada el 2 de febrero, se remonta a los inicios del cristianismo. Esta hace alusión a la presentación del niño Jesús en el Templo y a la purificación de la Virgen María después del parto, tal como indicaban las leyes judías. En cuanto a la advocación mariana, la tradición nos indica que a finales del siglo XIV o principios del XV, dos pastores guanches (nativos canarios), mientras pastoreaban sus rebaños se encuentran con la imagen de una mujer, que lleva vestidos extraños y que cargaba un bebé en sus brazos. Para los nativos fue considerado algo sobrenatural. Eventualmente, la imagen fue llevada al hogar del rey de la comarca, quien promovió su veneración. Otro guanche, de nombre Antón, y que había vivido en Castilla, reconoció la imagen como el de la Virgen María, solicitando que se le hiciera un hogar o capilla para ella.

La veneración a la Virgen de la Candelaria en Canarias se expandió por todos los reinos españoles. Muchos de los conquistadores eran devotos de ella y desde el reinado de Felipe III, a finales del siglo XVI, la monarquía se declaró patrono y protectores de la Santa Imagen. Junto a la devoción a la Virgen de la Candelaria, los canarios promovieron la veneración a San Blas (3 de febrero) y a Santa Rosa de Lima (30 de agosto, aunque en España es el 23 de agosto). Al analizar la toponimia de Lajas podemos apreciar cómo estas devociones marcaron el modo de vida local, al punto que dos barrios (Candelaria y Santa Rosa) y una de las calles de importancia en el casco urbano (San Blas) terminaron siendo bautizadas con apelativos referentes a los cultos promovidos. A todo esto, en 1889, se propone en el Ayuntamiento que el nombre de Lajas fuera cambiado por el de Candelaria, aunque se siguió el procedimiento, la propuesta no prosperó.

Por último, debemos mencionar que se ha podido identificar a las primeras doce familias canarias que se establecieron de manera oficial y registrada en Puerto Rico, esto a finales del siglo XVII. Algunos de sus descendientes llegaron al actual territorio de Lajas, siendo hoy, parte de la comunidad lajeña. Estas familias fueron los Acosta, Alonso, Amador, Correa, Lorenzo, Marrero, Martínez, Mora, Morales, Moya, Osorio y Vera.

Crédito foto: Jose Mesa, www.flickr.com, bajo licencia de Creative Commons (https://creativecommons.org/licenses/by/2.0/deed.es)