Transitando el Violín

Caribe Imaginado


Dedicado a el violinísta prodigio puertorriqueño Fermín Andrés Segarra

La música es vida....Vuela con todo tu corazón, transporta lo bello, ama el cambio, perpetua la felicidad.

Aterrizando en la imagen del violinista sublime, de Chagall, le ví. Transitando la ciudad llegó contenido, a través de un momento vívido y lo pensé completo nuevamente.Observando la imagen... pensaba que andabas en tu mundo azul de parches celestes y círculos difuminados. Estarías sentado en tu silla de madera de colchón cuadrado tocando el barnizado violín. Con tu mano blancuzca, delicada sujetando el arco... barita mágica para producir la música.

La silla viajaría ingrávida por el aire, se desplazaría fácilmente al son de las notas. Sería fácil encancaranublarse, con los acordes de ese violín, de cuerdas transparentes de oro o crín de caballo.

Evocando utopías deseadas en la estratosfera. Te veo sentado en tu silla y un pájaro blanco se posa en tu hombro izquierdo, a disfrutar de la melodía y dos más en tu muslo, mirando en direcciones opuestas. Evocando utopías deseadas en la estratosfera. Apreciando el tiempo para escribirlo. Tú con las piernas cruzadas, pensarás el porqué, de muchas cosas, Yo pensaré en la maravilla del presente.

Dicen... que la memoria y el espacio entre ellas es lo que conforma el tiempo. Mientras esto pasa, tu violín brillará. Resaltará el morado dorado barniz en la caja de madera. La luna acompañará esos divinos acordes, los cuales, sobrevuelan en la aurora que saluda.

La música creada y esparcida, disfrutará del continuar luego de la pausa. Mientras la ingrávida silla, en acordes frescos, se elevará. Cruzarás montañas y cuevas. Campos de paz y campos de guerra. Valles que duermen y ciudades que pernoctan. Verás tú solamente, en el sobrevolar, peces que vuelan y pájaros que nadan. Hienas que lloran y leones, que huyen. Verás a puerta cerrada porque no hay igualdad en el mundo y te depositarás en los sueños más profundos de los injustos. Harás extrepitar en sus tímpanos lo más agudo, de tus notas secretas. Encrespando cada uno de su pelos, en cada uno de su poros.

Tú instrumentalizado violinesco, navegas el mundo... nomádicamente. Tu cara, mitad roja de ojo izquierdo alerta, marca el compás de tus ritmos al abrir y cerrar tu kilométrica pestaña. Pienso... ¿en dónde andarás?  Flotante nómada lleno de esperanza, de sonrisa leve. Nadie nunca ántes ha visto tus dientes. De suaves cabellos de rizos encrespados y mantequillescos. Flotando adheridos a tu morena composición folicular y te acompañan en el vaivén de las notas.

Sutilmente como poseyendo un orden o una fuerza propia independiente, un ramo de flores rojas amarillas y rosadas de follaje tupido llega, se acerca flotando a ti. ¿Será para admirarte, será para aplaudirte? Sí, te las enviamos.

Observando desde aquí… visible en tu sobrevenir de ébano violinezco barnizado. Tu deber continuar, sentado en tu espléndida silla de antaño con tu pierna cruzada llevando camisa verde mar, pantalones morados tornasol y afelpados zapatos azules tocando el violín. La luna Estará estará sonriendo.