Hace dos días tuve la oportunidad de visitar, en Amsterdam, el museo del pintor holandés, lugar en cual se puede apreciar sus obras, saber más de su vida su fin y entender más su trascendencia.
Vicent Van Gogh, quien nació en el 1853, nunca imaginó el impacto que tendría su trabajo, de hecho en sus días finales pensaba que había sido un fracaso. Pero no fue así, su exploración, creatividad y constancia lo llevaron a destacarse en el arte mundial.
Aunque en su infancia estuvo relacionado al arte, se cuenta que fue a sus 27 años, cuando empezó a usar el pincel y trazar sus primeros cuadros, ellos, sin un estilo muy particular.
Su exploración en los estilos de la época, en el entendimiento de los colores, las técnicas básicas del dibujo, el impresionismo, el puntillismo, el arte japonés (estilos que adaptó a su manera); la exploración de los pueblos, ciudades, las praderas europeas, las vivencias, la interrelación con otros artistas como Paul Gauguin y su pasión por encontrar un estilo en particular lo llevaron a realizar 2,100 obras de arte.
Era un nómada de la pintura; desde Holanda salió, pasando por Inglaterra, culminando en Francia. Esto pudo lograrlo gracias a Theo, su hermano solidario quien le ayudó económicamente y psicológicamente. Van Gogh le contaba, por medio de cientos de cartas que le escribió a Theo sobre sus progresos, las nuevas técnicas aprendidas, sus tristezas, ansiedades, enfermedad y sus alegrías.
Van Gogh, como es conocido por muchos, sufrió de una enfermedad mental que lo llevó a quitarse la vida a sus 37 años, diez años luego de empezar su camino.
Es interesante la vida de un ser humano que por su pasión y devoción por el arte logró trascender los tiempos, dejando su huella y patrimonio artístico impreso en la historia.
Este artista, pesar de su enfermedad y las limitaciones económicas, no se quitó y convirtió sus sueños, sus girasoles, sus amigos, sus alegrías, innovaciones, tristezas, soledades y colores en arte.
El museo está situado muy cerca de otros museos como el contemporáneo Rijksmuseum y de las emblemática letras I am Amsterdam. Cada día miles de personas de todas las nacionalidades del mundo llegan a visitarlo y a conocer más sobre sus trabajos. Hoy día sus obras son patrimonios de Holanda y del mundo entero.
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