Obama pide la estadidad…

Política

El día de ayer el presidente Obama, en una actividad con ciudadanos de Washington DC, declaró su apoyo a la estadidad para el pequeño territorio que está bajo poderes plenarios del Congreso. Contrario al caso de Puerto Rico, donde no hay voto presidencial y no se pagan impuestos sobre ingresos a nivel federal, Washington DC es un territorio incorporado, no dirigido a la estadidad, donde los ciudadanos votan masivamente por el partido demócrata y pagan impuestos federales. De hecho el pronunciamiento de Obama va en la línea de reconocer ese derecho a la estadidad por razón de que esos ciudadanos son contribuyentes. Por ello, dentro de una larga tradición estadounidense, las tablillas de los autos en la ciudad de Washington llevan el mensaje, “No taxation without representation”.

La ciudad de Washington DC ha pedido la estadidad anteriormente. No ha tenido apoyo en el Congreso, el cual tiene poder para legislar directamente sobre su territorio, ni en las legislaturas estatales. Una de las razones para el rechazo es que se trata de un territorio mayoritariamente demócrata y negro. La mención de Obama de la condición de contribuyentes de los ciudadanos de Washington para merecer la estadidad señala a un elemento que en Puerto Rico se ignora totalmente. La estadidad no es para los ciudadanos, la estadidad es para los contribuyentes. La ausencia de participación en la carga económica del Gobierno Federal hace que esos ciudadanos sean excluibles de las estructuras políticas. Esto es posible, bajo la democracia de Estados Unidos, por razón de que no existe un derecho individual del ciudadano a pertenecer a la federación, dicho derecho pertenece a los estados.

Los ciudadanos de las islas vírgenes, otro territorio no incorporado, a diferencia de Washington, han tenido la oportunidad de establecer su propia constitución. Desde el 1976 el presidente Ford firmó una ley que permitía a las Islas Vírgenes establecer su propia constitución, al igual que la tiene Puerto Rico. Ese derecho no le asegura que la constitución aprobada vaya a ser aceptada por el Congreso ni le da derecho a reclamar la estadidad. Al parecer la política de Estados Unidos referente a territorios como Puerto Rico e Islas Vírgenes es parecida a la política Británica de no proveer la alternativa de anexión para sus colonias en el Caribe. Aparentemente territorios de poblaciones mayoritariamente negras no son adecuados para ser parte del país, sea Estados Unidos o Gran Bretaña, aunque en el caso del segundo si puede pertenecer a la Mancomunidad y tener a la Reina como su jefe de estado.

En el caso de Puerto Rico el PPD prometió una asamblea constitucional si ganaba las elecciones del 1972. Esa declaración está contenida en el pronunciamiento de Aguas Buenas. Lo mismo se prometió en el 2012. En ninguna de las dos ocasiones se cumplió. Hoy, como ayer, el PPD se alinea detrás de la propuesta de Rafael Hernández Colón de un plebiscito de estatus. Así se hizo en el 1989 y no se logró nada. Hoy, como ayer, en Puerto Rico ciertos sectores se aferran a la Asamblea Constitucional. En Islas Vírgenes se han celebrado cinco. La última en el 2010 produjo una propuesta de constitución que fue devuelta por el Departamento de Justicia y rechazada por el Congreso. Ni el plebiscito, ni la constitucional aseguran una respuesta afirmativa del poder hegemónico. Ante ese cuadro, ¿nos quedamos con las manos cruzadas?

Crédito foto: Marc Nozell, www.flickr.com, bajo licencia de Creative Commons (https://creativecommons.org/licenses/by/2.0/)