Genialidad humanística en la diversidad artística de Celia Altschuler

Cultura

Celia Altschuler es una humanista que escribe versos, compone y entona cantos, pinta arcoíris de formas, sueña con Quijotes conquistando molinos, es políglota y danza seductoramente al ritmo de la cítara.  Su creatividad ilimitada le permite proyectarse en infinidad de espacios, ha recorrido el globo proclamando su puertorriqueñidad y labrando su nicho en la cultura universal.

“Soy pintora, cantante, y poeta políglota”, afirma Altschuler. “Publico mis poemas originales en francés, inglés y español. Soy profesora de francés y traductora. Eso me facilita también traducir poemas para mí y otros amigos poetas del mundo. Me he sentido como una mariposa en un jardín de flores en medio artístico y literario. Me apasiona lo que hago y todo se interrelaciona de alguna forma”.

Su entorno es una explosión de sensaciones que capta y transforma ya sea en un lienzo o en un papel.

“Me apasionan la música y las artes plásticas, como  expresiones del ser humano. Por lo tanto no las separo de la vida, de la naturaleza, ni de la espiritualidad ni de otras materias como lo son las Ciencias y la Filosofía, la Historia, y las Matemáticas que siempre me han interesado. Hay mucho para aprender”, manifiesta la artista.

La poeta aboga por la comunicación como medio para armonizar las diversas culturas del planeta. Insiste en la importancia de aprender otros idiomas como vehículo de compenetración e integración solidaria con otras culturas.

“Me gusta la comunicación y la armonía entre los humanos y los idiomas son parte del reto para lograrlo. Vengo de una herencia familiar francesa por mi madre y su familia materna. Ya la inquietud por el francés viene de ahí. Ya escuchaba alemán  desde niña con Margarita la nana que me cuidaba en Nueva York. El inglés fue mi primer idioma. El italiano lo poco que aprendí fue por el bel canto y el árabe que tomé clases con una maestra en Hatillo durante tres años. Es divertido, además de interesante, aprender otros idiomas y conocer otras culturas”, indica la genial poliglota.

Dos pilares familiares fueron la motivación que inspiró el espíritu creativo de Celia.

“Mi madre Gladys Violeta López Chabrier (bibliotecaria) y mi abuelo Elías López Ortiz  (maestro)  fueron mis ejemplos de superación y me dieron estímulo intelectual”.

Celia nació en Mayagüez en el 1954 en la clínica Betances y se crió en Nueva York. Estudió en el Colegio Saint Anselms y desde muy niña descubrió sus habilidades artísticas.

“Canto desde que tenía 7 años y dibujo desde los 14. Aprendí música y danza desde los 12 años en la Escuela Libre de Música. Ya entonces cantaba”, indica la artista plástica.

Al llegar a la universidad decide estudiar el idioma de Alexandre Dumas y Edith Piaf, sin embargo, su genio creativo le exigía que buscara en las artes un medio para expresar su talento.

“Estudié artes plásticas en la Universidad, en la Liga de Arte en San Juan y fui discípula de Pablo Sansegundo Castañeda un pintor internacional que nació en Ávila y fue discípulo de Antonio Chicharro en el atelier de Joaquín Sorolla Bastides. Don Pablo era retratista;  muy bueno”.

Además de cantar, escribir y pintar Celia Altschuler tiene un programa de radio en el cual promueve la creatividad y la gestión cultural.

“Hace 15 años que tengo un programa en Radio Atenas de Manatí WNT 1500am. Me motiva a mantenerlo (programa radial) el poder llevar la difusión cultural y educativa para la comunidad puertorriqueña que es necesaria  en especial para las nuevas generaciones”.

La artista considera que su programa de radio es otra forma de “abrir horizontes a lo que es cultura y multicultural, pues hablamos de otros países  además del  nuestro, y tenemos entrevistas con temas y enfoques internacionales con artistas y educadores e invitados. Hay  que mantener el espíritu cultural vivo y fluyendo. El programa así lo hace y por eso hago el esfuerzo”.

Para Celia, su obra pictórica favorita se llama “Mamá África”. “Es una mujer de una tribu Sudafricana. Es una africana hermosa”.

Celia Altschuler ha expuesto su obra en muchos países entre ellos, Japón, China , India, Turquía, Argelia, Sudáfrica, Francia ,México , Brasil, Argentina, Estados Unidos, España Canadá, Rumania y Grecia.    Considera que los lugares más interesantes son “Salon Carroussel du Louvre, Paris Francia, Museo Nacional de Istambul, Turquia, Universidad de Tokio, Friendship Center Hiroshima y Megumi no Oka en Nagasaki .

La compositora ha recibido reconocimientos y premios de instituciones y organizaciones en varios países. Para Celia el premio “más significativo ha sido obtener una Medalla de Plata de la Academia de Artes y Ciencias de Paris en el 2008 como artista, pintora y poeta. Fue un momento muy significativo en mi vida. También obtuve un tercer premio en el Concurso de Europoesía entre franceses en el 2012 y eso me emocionó mucho”.

Celia está casada con el físico y astrónomo uruguayo Dr. Daniel Altschuler, quien actualmente es profesor de la UPR. Tienes dos hijos Estela y Manuel a los que considera sus “soles”.

Celia Altschuler no ceja en aprender, ahora está estudiando violín. Aprender para ella es una pasión la cual quiere compartir con las generaciones más jóvenes.

“Mi mensaje a los jóvenes es que estudien, esa es la llave que nos libera de la ignorancia y nos da la esperanza de una mejor vida”.

La poeta, escritora, cantautora, pintora y poliglota estimula al Departamento de Educación a incorporar un programa de Bellas Artes en el currículo escolar.

“Sin programa de Bellas Artes la educación se limita y es como una vela sin llama. Las Bellas Artes sensibilizan al ser humano, humanizan. Son necesarias para una mejor convivencia en la escuela y fuera de ella. Les compete al sistema educativo reevaluar su visión al respecto y estudiar más sobre el tema tomando otros ejemplos de sistemas educativos en el mundo”.