El “Republicano” y la manipulación de los medios

Política

Recientemente, la prensa corporativa ha mostrado gran interés por presentar el caso de Puerto Rico como un gran fracaso. El último intento ha sido citar a un “Republicano” que ha propuesto que Puerto Rico sea tratado como si fuera Washington DC. Claro que olvida, tanto el “Republicano” como la prensa corporativa, que Washington es un territorio incorporado sin poderes fiscales ni autonomía y Puerto Rico es un territorio no-incorporado, según la propia definición del Tribunal Supremo, que tiene autonomía fiscal.

James Glassman, el “Republicano” del que habla la prensa corporativa, fue subsecretario de Asuntos Públicos y Diplomacia, es decir de propaganda. Este llamado “Republicano” fue subsecretario desde junio de 2008 hasta enero de 2009 bajo la administración de George W Bush. Esa es la única posición pública que ha ocupado durante su carrera, el resto del tiempo ha sido un periodista bastante identificado con los intereses de los inversionistas e intereses económicos de Estados Unidos. Pero la prensa que lo cita no dice nada de eso.

De hecho, la prensa corporativa se manifiesta bastante feliz con las declaraciones del Sr. Glassman. Un “Republicano” ha dicho que Puerto Rico es un desastre. La noticia da la impresión de que un distinguido miembro del Partido Republicano ha indicado que es tiempo de nombrar una junta para gobernar a Puerto Rico. Los medios corporativos han construido la noticia con la intención de que parezca ser que el Congreso está inclinado a tomar en consideración las propuestas del “Republicano”. Se da la impresión de que hay una discusión abierta dirigida a tomar en consideración esa propuesta. Las declaraciones de Glassman, según han sido publicadas, ponen a temblar el corazón de cualquier colonizado, “es cierto lo que dice, somos un fracaso, que bueno que ya es público…”. Y lo que hace la prensa corporativa es trabajando para quien le paga.

Glassman no es un académico de ningún tipo, no es un diplomático ni fue un funcionario de alto nivel en la administración republicana. El apelativo de “Republicano” no es realmente descriptivo, es más bien, un intento de ocultar su verdadera intención. Cuando Glassman habla sobre Puerto Rico, habla en nombre de los bonistas, y de Doral Bank. En el artículo publicado en “Real Clear Markets”, fechado el 4 de junio de 2013, Glassman cita a Robert Shapiro, según el artículo un alto oficial de la administración Clinton, para comparar a Puerto Rico con Venezuela y Argentina a causa del caso de la deuda con Doral. Lo que no dice Glassman es que Shapiro trabaja para Doral Bank como asesor. De hecho, Robert Shapiro, uno de esos intelectuales que venden cara su voz, publicó un informe sobre lo que hay que hacer en Puerto Rico, a la luz del caso de Doral. En el artículo de Roll Call, publicado el 13 de agosto de 2014, el objetivo de Glassman es la ley de quiebra criolla, que le quita derechos a los acreedores de la Isla, según Glassman.

El “Republicano” del que habla la prensa corporativa no es tal. Es una construcción ideológica, una mentira disfrazada de político. El “Republicano” del que habla la prensa corporativa es un representante de los intereses económicos que prefieren ver menos servicios, menos gasto, menos educación y menos salud para la Isla que ver sus ganancias reducidas. El “Republicano” suena más bien como un espectro, es un empleado de Doral, no literalmente, pero cita  a Robert Shapiro como si fuera un analista objetivo, quién sí es un empleado de Doral. El “Republicano” no es un congresista, ni un líder del Partido, ni un senador, ni ocupa posición alguna, fue un subsecretario por seis meses hace más de quince años. El “Republicano” que dice que somos un desastre es una farsa, un portavoz de los bonistas, un eco de Doral Bank, un defensor de los inversionistas. La prensa corporativa, que no investiga, ni hace preguntas, ni pone en duda, dice que un “Republicano” quiere nombrar una junta para que nos gobierne. ¿No será Doral que quiere nombrarla para poder cobrar sus doscientos millones? Da igual, dice Glassman, Shapiro y Doral, que la gente no tenga educación ni salud, al fin y al cabo no hacen falta. Ellos aspiran a que seamos otro Singapur. ¿Otra dictadura blanda con el capital en el Caribe? No, gracias.

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