No es una utopía la escuela ideal

Política

Irrealizable no es. Aspirar a la máxima calidad en educación debe ser el principio edificador de nuestra sociedad. Y es que debe acaecer un despertar de la conciencia, una reestructuración de los estándares admitidos como pertinentes cuando han probado no ajustarse a la realidad actual. La escuela tendría que devenir junto al desarrollo social. No puede considerarse el progreso de los aspectos colectivos e individuales sin aulas que atiendan las apremiantes necesidades de estudiantes, docentes y toda la comunidad escolar.

Por supuesto que en Puerto Rico existen modelos de escuelas y proyectos escolares destacables (El Post Antillano ha comenzando a reseñar algunos), pero de lo que aquí se trata es de convertirlos en paradigmas del y para el País, que sea una constante y no algo extraordinario. Y de lo que aquí se habla es del principio educacional que permea el concepto educativo y no de la entrega diaria y comprometida de maestros y personal no docente. Tendríamos entonces que reflexionar si percibir la educación como un fin cuantitativo de éxito futuro no nos aparta del verdadero proceso cognoscitivo; si la jerarquización de la interrelación enseñanza/aprendizaje aún funciona; si el diseño del salón de clases se atempera a una visión reformada del espacio; si el currículo atiende todas las exigencias humanas...

Luego de una primera nota nombrada Consideraciones acerca del panorama de la educación pública en la Isla, prosigo el tema hoy con las reflexiones de la Dra. Ana María García Blanco, directora del Instituto Nueva Escuela (INE), que según explicó es un centro de formación para maestros en la metodología y la filosofía Montessori y acompaña a los docentes en el proceso de convertir a la escuela en una ideal.

“La educación pública debe aspirar a cumplir con la función de preparar ciudadanos con conciencia que puedan construir a su país”, sostuvo García Blanco, quien además estima que los niños y los jóvenes deben poder “construirse a sí mismos en personas de bien”. Y añadió que dicha consideración incluye tanto los aspectos intelectuales como espirituales.

Por ende, esa preparación y el mejoramiento en la calidad de vida que promueve la escuela deberán estar accesibles a todos los niños y los jóvenes en la Isla, de acuerdo a la entrevistada que apuntó la vinculación de la misión de la escuela con la transformación social.

De otra manera, García Blanco, confirmando el alto por ciento de deserción escolar que actualmente continúa, aseguró que hace falta recapacitar sobre la pedagogía que se utiliza en las aulas y preguntarse cuán cerca está de la ciencia del desarrollo de la naturaleza del niño y el adolescente.

Igualmente, la Directora del INE reflexionó si tienen los maestros las herramientas que necesitan para que los estudiantes “descubran el universo” y si la educación se da en ambientes que invitan a la concentración y a la paz espiritual para poder aprender.

“Yo repensaría el sistema (educativo)”, manifestó y agregó que considera que la unidad escolar debe ser mucho más autónoma en términos de la toma de decisiones. “La escuela tiene que ser el centro de toda decisión”, afirmó.

Asimismo, García Blanco dijo que ponderaría el programa académico del Departamento de Educación frente a las etapas del desarrollo del niño o la niña y analizaría cuántas prácticas abonan al desarrollo saludable, cuánto de diálogo sano y aceptación de las diferencias entre los pares, por ejemplo, practica el alumno, y desde ahí reestructurar lo que sea necesario.

“Otra cosa bien importante es que el niño aprende observando, participando de lo que vive y quizás no le demos tanta importancia a esa minisociedad que es la escuela. Esa unidad escolar hay que cuidarla mucho, donde se fomente la sana convivencia y la vida colectiva”, subrayó la entrevistada.

Además, apuntaló que debería trabajarse la metodología de la formación de la comunidad como una prioridad. “Tenemos que sembrar la paz en esas comunidades escolares”, expresó para decir que de esta forma es importante la toma de decisiones en consenso, logrando una participación activa entre maestros, estudiantes, padres y comunidad.

Y mientras en la forma tradicional de enseñanza el conocimiento se transmite desde un orden jerarquizado, en la metodología montessoriana el maestro es un facilitador para que el alumno vaya descubriéndolo por sí mismo.

En cuanto a los retos y las transformaciones más básicas que necesitaría la escuela, García Blanco indicó elementos como planta física, la importancia de áreas verdes y la agilización en la toma de decisiones. “El reto es trabajar con la urgencia que necesitamos”, declaró.

Finalmente, la entrevistada enumeró algunos factores que a su juicio crean el prototipo de escuela:

  • Que se diseñe partiendo de la ciencia del desarrollo.
  • Que cada estudiante sea un proyecto de vida para todo el personal escolar.
  • Que se trabaje en colectivo, en comunidad.
  • Que las decisiones se tomen en consenso y se trabaje por un bien común.
  • Que sea un lugar donde los maestros se sientan apoyados y consideren que son custodios del trabajo más importante.
  • Que se respete la dignidad de todos.
  • Que se aprenda a vivir en paz.

Crédito foto: Horia Varlan, www.flickr.com, bajo licencia de Creative Commons (https://creativecommons.org/licenses/by/2.0/)