Periodismo nuestro (y amor literario) cada día…

Cultura

Hace unos cuantos días se efectuó en Puerto Rico la Semana de la Prensa por lo que hoy quiero detenerme un instante en la misión de este medio que usted lee en este momento, El Post Antillano.

Por lo anterior, comparto unas breves reflexiones acerca de nuestro oficio, vocación apalabrada que permanece aun cuando continuamente se estremecen sus cimientos, particularmente por intereses de propietarios y conglomerados, así como por el impacto de la tecnología.

Por nuestra parte, ante el compromiso personal hacia lo que ejercemos día a día expresamos lo siguiente. Contemplando esta labor periodística como un servicio a nuestro País y a toda la región caribeña, con el firme propósito de hacer la diferencia y distanciarnos de quienes solo ofrecen info-basura o mera propaganda. Tal como lo ejemplifican las palabras del licenciado y escritor Daniel Nina, fundador de este medio cibernético. Pretende nuestra misión “otorgarle voz al silencio de la sombra”, es decir, “darle inclusión a los históricamente excluidos, desde una mirada crítica, a partir de la justicia social, la solidaridad y, sobre todo, con el espíritu de transformar la desigualdad”.

Mencionado lo anterior, no quiero dejar de vincular estas líneas acerca del periodismo con la pasión literaria que oxigena mis días. Por lo anterior, comparto unas reflexiones de la escritora Rosa Montero, quien además fue directora del suplemento cultural del periódico El País, acerca de la estrecha relación entre periodismo y literatura.

Rosa Montero: Para mí el periodismo es un género literario. Aunque en mi caso yo lo asumo como una profesión pero, sin duda, el periodismo escrito es un género literario. Si eres un director de periódico no, pero ser lo que yo soy que es reportera, hacer entrevistas, hacer crónicas, hacer reportajes, hacer artículos, pues eso es un género literario. Y puede ser tan grande literariamente como cualquiera de los otros: como la poesía, como el drama, como el ensayo y como la ficción. ¿No? Por ejemplo, A sangre fría de Truman Capote que es un pedazo de libro enorme, pues es un reportaje, puro y duro es un reportaje.  O sea, que desde ese punto de vista la cuestión es hacer bien el género. Claro, hay periodistas espléndidos y periodistas malísimos, como hay novelistas espléndidos y novelistas malísimos, y luego medianos, más medianos, menos… de todo. Incluso yo creo que hay periodistas que no son novelistas y que hacen periodismo literario, o sea, que eso es un género en sí. Es muy raro, además, el escritor que cultiva un solo género. Normalmente pues son, yo que sé, ensayistas y poetas, como Octavio Paz. Yo me considero una escritora que cultiva el ensayo, la ficción y el periodismo. Lo que pasa es que luego, dentro de lo que cultivas, cada uno tiene puesto el corazón en un lado. Y realmente donde está mi pasión es en la ficción, y el periodismo es mi trabajo y pertenece a mí ser social. Pero me estoy acordando ahora, por citar solamente un ejemplo clásico, de Larra que es nuestro escritor romántico español más importante y sólo hizo periodismo. No hizo nada más que periodismo. Un escritor que realmente lo sigues leyendo 150 años después y es delicioso y maravilloso.

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