El PPD, el futuro de la Patria y la Estadidad Si o No

Política

Seamos honestos: cualquier conversación hoy en torno al histórico debate del estatus de Puerto Rico, se concentra en examinar la total incorporación de Puerto Rico a los EE.UU.  Esto es lo que se conoce en Puerto Rico como el movimiento estadista, el cual lucha por la total anexión de la isla a la federación de los EE.UU.  Ahora bien lo que no se acepta ni se ve de forma honesta como el antídoto que puede detener la estadidad, es la gestión que realice el principal partido político hoy en Puerto Rico, y actual administrador del gobierno:  el Partido Popular Democrático (PPD).

Este partido, el cual es histórico y data de 1938,  es el que ha comandado el estado actual del tema del estatus desde 1946, cuando iniciaron las reformas constitucionales en el país.  Así las cosas, no sólo son un partido hegemónico, sino que también tienen un discurso hegemónico. Su único problema real es el hecho de que en las elecciones de 2012, ante un plebiscito no sancionado por Washington, la opción pro fin de la relación colonial, obtuvo el 54% de  los electores votantes (78% de participación); mientras la opción pro estadidad, obtuvo el 61% de los votos.  Aunque hay que destacar que el PPD no apoyo ni endoso dicho referéndum, la participación popular fue masiva en el mismo. Incluyendo la opción pro Estado Libre Asociado (ELA) Soberano, la cual obtuvo más del 50% de los votos que el PPD obtuvo en las elecciones generales.

En la mañana de ayer, el PPD se reunió a través de su junta de gobierno, la cual debió ayer tomar una posición unitaria ante la opción que dicho partido habrá de defender en Washington, como formula política de su predilección.  Muy consistente, con la complejidad que yace de forma interna en dicho partido, acordaron ayer crear un comité de expresidentes, para que sean estos los que diluciden una posición unitaria. Dicho lo anterior, toda formula que se opte, debe preservar la ciudadanía americana para toda persona nacida en Puerto Rico.  Los expresidentes son Rafael Hernández Colón, Miguel Hernández Agosto, Héctor Luis Acevedo, y Aníbal Acevedo Vilá.   En principio hay uno autonomista (Hernández Colón, que desea mantenerse bajo el estatus actual con más poderes), y hay otro soberanistas (Acevedo Vilá, quien desea mayores poderes soberanos.  Los otros dos, como diríamos en la calle “están abiertos a sugerencias”.

Lo interesante, desde una óptica a favor de la independencia de Puerto Rico, es el hecho que el debate no se centra en independencia si o no.  Se centra en estadidad si o no.  En la alternativa,  entre autonomía y soberanía si o no.  La actual dificultad en el seno del PPD, no tiene nada que ver con ellos, sino con la debilidad histórica del independentismo.  A diferencia de otros casos  actuales en torno a luchas por la independencia, a manera de ejemplo Escocia y Cataluña, en dichos países los referéndums o debates son en cuanto a independencia si o no.  Puerto Rico no es parte de dicha lógica.  Hoy, distinto a la década de 1950, vivimos en la penumbra de un independentismo muy debilitado,  poco creativo, y más que nada poco convincente a la población en general. Esto es, tanto a los que se quedaron como a los que se fueron.

Si la situación para la opción de independencia es inexistente, ¿no será más adecuado aceptar que el PPD emerge como el antídoto a una enfermedad que nadie más sabe curar?  Guste o no nos guste, los ojos estuvieron puestos en la reunión de la Junta de Gobierno del PPD, para explorar si tienen ellos la solución para defender el avance del movimiento estadista.

En fin, que nuevamente el PPD emerge de igual forma en que lo hizo en el 1938, y el 1950, como la respuesta natural a las iniciativas de Washington.  Ante tanta debilidad en el independentismo, ¿será válido interesarse en lo que el comité de expresidentes del PPD decida?  La mesa está servida.