Volver a África del Sur, luego de unos años de ausencia, es siempre un proyecto importante de vida. Pero más importante cuando uno tiene la debida sensibilidad para entender como se viven las relaciones raciales en nuestro mundo, a partir de los entendidos culturales de inclusión y exclusión. Sobre todo, que en el caso de África del Sur, luego de 368 años de un régimen de exclusión racial, llamado apartheid, el cual advino a un final en el 1994, uno pensaría que 20 años después, con una de las mejores constituciones del mundo, todo pasado ha quedado superado. Lo cierto es que aún queda mucho por hacer, que puesto en términos del tiempo, parecería siglos.
Africa del Sur es uno de los países en el mundo donde existe mayor grado de desigualdad social y económica. Hoy los ricos, blancos y negros, son más ricos que antes. Para la población en general, a pesar de haber habido movimiento, lo que no hay es un cierre de la brecha de desigualdad. En esta medida, África del Sur vive hoy una cultura de explosión social, donde diariamente se registran a lo largo de todo el país, sobre 30 protestas callejeras en contra de la desigualdad.
El efecto neto de esto, es el entendido social de que la vida se desarrolla aún a partir de una cultura del poder, que sigue siendo blanca, y una cultura de la exclusión, que sigue siendo negra. Entonces se ve como normal, se normaliza culturalmente hablando, el que todos los meseros y meseras de un restaurante, sean negros. Que los cocineros, sean negros también. Pero que el dueño o dueña, sea una persona blanca. Este patrón cultural, en nada ha cambiado en Africa del Sur. Mejor dicho, ha agudizado.
La pregunta es ¿cómo la experiencia de Africa del Sur, país que superó más de tres siglos de exclusión racial, compara con Puerto Rico, y su equivalente periodo del régimen esclavista? Puerto Rico sin lugar a dudas ha tenido grandes aciertos en el manejo del racismo, a partir de la Constitución del Estado Libre Asociado de 1952, en donde se prohíbe el racismo y la esclavitud. Pero, ¿ha sido esto suficiente?
En el 1930, en un estudio realizado en Puerto Rico, se probó que la población afro-descendiente en la isla era propietaria de menos del 1 por ciento de la tierra. Sería interesante explorar donde nos encontramos hoy, casi 100 años después de este dato. Pero más importante aún, hay que cuestionar que tipo de cultura es la que se promueve a diario en Puerto Rico: ¿la del hombre y la mujer blancos, o la del hombre y la mujer negra, mulata, racialmente hibrida?
Africa del Sur es sin lugar a dudas, el espejo ante el cual Puerto Rico, y el resto del Caribe, debe mirarse hoy. Ya veremos cómo será nuestro futuro.
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