Al mirarse en el espejo
la verdad conoció su mentira...
Mellizos cayeron al averiguar
su bacteria hermana,
disfrazada con turbantes y lenguas desérticas.
Votos del hábito humanitario,
oportunista,
falsificador,
encubridor de infiernos con enchapados dorados y pedofilia.
Elaboradores de órdenes mundiales, con honores de porcelana,
halando sus telas de araña estibadas sobre el hombro de arlequines y sus promesas esculpidas en inocencias.
Amores eternos,
culpas comunes que enfrentan colores, géneros y procedencias;
demagogia inyectada con sensores formando llagas en los tiempos.
Sobresale la voz del secuestrador
que estira los nervios,
como cuerdas desprendidas en una melodía de esquelas...
Corporaciones en su guerra santa
maniatando dolores, esfuerzos y manos y rodillas que no descansan,
miedos de seda polinizados
por un clarividente de circos.
Lanzamientos de cuerpos sobre brazos que no existen,
sonrisas filosas exterminadoras de existencias,
respuestas verbales a circunstancias ajenas,
industrialización que fertiliza nuestros suelos.