Todos nos estamos preguntando cómo es posible que más de una tercera parte del estudiantado en las escuelas públicas del País necesita estar en un programa de educación especial; una cantidad que el Departamento de Educación no puede manejar. Una resolución reciente de la Cámara de Representantes ordena una investigación del porqué del aumento vertiginoso en la cantidad de estudiantes que son clasificados para este programa.
Usted pensará que es otra investigación más de la rama legislativa que podría redundar en nada. Pero dado el hecho de que no se han aducido razones claras para el alto número de estos estudiantes, la resolución podría ser de mucho valor, ya que traería al ruedo de discusión el método usado para la clasificación. Piénselo; en solo un año subió 27,000 la cantidad de estudiantes en un currículo especial, de acuerdo a números del mismo Departamento. Este año escolar, de una matrícula total de 403,827 estudiantes, unos 160,521 cualifican para el programa de educación especial.
Esto ocurre en un momento en que la población estudiantil ha bajado dramáticamente por razones de una natalidad más baja y una emigración creciente debido al pobre estado de la economía de Puerto Rico. Para una comparación más dramática tomemos en cuenta que en el 2004 habían unos 87,500 estudiantes de educación especial. En Puerto Rico, es obligatorio que los niños asistan a la escuela hasta sexto grado, pero la deserción escolar es uno de los graves problemas sociales en Puerto Rico. El Negociado del Censo ha declarado que en 2012 había una población de 5 a 17 años de 639,376. Aunque todos estos números muestran diferencias, “no se ha estudiado las causas para las mismas”, dice la Exposición de Motivos de la Resolución de la Cámara 1065, que ordena la investigación.
Una investigación está en orden, ya que no se ha discutido quiénes son los entes que deciden quién es un estudiante especial. ¿Es el Departamento o son firmas bajo contrato? En tal caso, habría que cuestionarse qué métodos se usan para clasificar estudiantes y si alguien se está beneficiando económicamente de que haya tanto estudiante en el programa de educación especial. Una investigación también aclararía cuáles son las incapacidades que se toman en cuenta para decidir que un estudiante debe estar en el programa.
Se me ocurre que en la eventualidad de que el número tan alto se justifique habría que enfrascarnos en una discusión pública sobre cuáles son las causas para que en Puerto Rico haya tanto niño en dicho programa. Cuando nos hablan de educación especial (que el Estado está obligado a prestar) pensamos en las condiciones especiales más tradicionales tales como la ceguera, el autismo, la retardación mental o la sordera. Debemos tomar en cuenta que hay condiciones, como el déficit de atención, que antes no se diagnosticaban. Esta condición, como otras, es tratable médicamente, y me pregunto si un alumno tiene que estar en grupo especial toda su carrera como estudiante por esta condición. Conozco a dos recién graduados de escuela superior que fueron diagnosticados con esta condición. Uno de ellos está en su primer año de ingeniería y el otro está terminando un bachillerato en Administración de Empresas. Me gustaría saber cuánto inciden las condiciones sociales en que haya tanto niño en el programa de educación especial. Por ejemplo, sería muy importante tener claro si los niños de hogares disfuncionales desarrollan condiciones que dificultan el aprendizaje. Quizás algunos de los niños adscritos a educación especial lo que muestran es un problema de disciplina. Respuestas a estas preguntas nos ayudarían a entender mejor la sociedad en que vivimos.
Mientras tanto, el sistema educativo público está en crisis. La carencia de maestros asignados y de instalaciones adecuadas son muestras de unos problemas básicos en el Departamento, que se han ido complicando con los años.
La resolución fue referida a la Comisión de Asuntos Internos, que todavía no ha pautado vistas al respecto. A cargo de celebrar las vistas están la Comisión de Bienestar Social y para la Erradicación de la Pobreza y la Comisión para el Fomento de las Artes y Cultura.
Crédito foto: Christopher Sessums, www.flickr.com, bajo licencia de Creative Commons (creativecommons.org/licenses/by-sa/2.0/)