Pronóstico de lluvia

Creativo

La sequía había provocado una reducción en los niveles de la voz. El silencio fue tal que se cuarteó la piel, la comunicación y las pasiones. Los ojos estaban perdidos, pues las miradas habían huido a otras tierras con mejores pronósticos de lluvia y de presupuestos para cisternas en las que se almacena la querencia. Los habitantes olvidaron la hidratación del deseo, hasta tal punto que las lenguas se tornaron diminutas. Una mujer que caminaba con dificultad sintió otra sombra que le acarició el cuello volvió la vista y se topó con la humedad de otra mano en la suya. Un susurro comenzó a subir desde sus labios inferiores hasta su boca. La otra voz besó la suya. Ambas bocas gritaron: ¡Lluéveme! Se abrazaron provocando el trueno más potente nunca escuchado. Chispearon caricias, gotearon besos, los sexos como relámpagos palpitaban encuentros, los habitantes se mojaron de gemidos salpicados de miradas hasta el encuentro de las lenguas y los cuerpos en espirales parieron palabras. Comenzó a llover.

Del libro inédito Carnaval de la Sangre