El viento sostenido suave apropiado se infiltra en la flauta, para otorgarle sonido. A través de los dedos sabios y ágiles, en diálogo con la flauta melodiosa. Nutriendo a los ávidos seres que están escuchando la música en atardeceres o auroras sonrientes. Los deseos de vida abren espacios y las brincantes pulsaciones rítmicas despiertan los soles en el interior.
A Nestor Torres, sensible Mayagüezano para el Mundo: gracias por tu regalo privilegiado de llenar el Teatro de la Universidad de Puerto Rico de arcoiris en el 1998! Ha llovido, sin embargo prevalece. Gracias por el arcoiris musical para nutrir el espacio....
La melodía activa el arcoiris imperecedero. Pensando y sintiendo el lugar propicio del mismo caramelizado en acordes. El cual se convierte en el ahora. Los dedos activan la sonoridad y un palpitar. Entonces... las suaves notas vibrantes y sinceras, caminan en un escenario que cobra vida, debajo de un cielo añil.
Observado y aplaudiendo satistasfactoriamente en júbilo pleno. Con la devoción de la melodía que retoma su fuerza....salada y dulce. Diez dedos para la esperanza...y una oda para los estudiantes y escuchas sonrientes.
La música cobra su espacio propio, en abundancia hermosa que cambia el ambiente y lo desdibuja y redibuja para crear nuevas realidades debajo del arco iris imponente en rojo, anaranjado, amarrillo, verde azul.....y violeta. La belleza sonora cambia la atmósfera...el aire se llena de esperanza plena.
Imperecedera melodía que arriba los corazones de los presentes... Amor al sonido, en deleite despierto y amaneceres sonrientes transformadores...Abrazando los susurros... El viento sopla...
El sentido, el palpitar de lo que será. A partir de la sublime musicalidad, capturada desde el aire. La cual, es cultivada desde lo transparente, para hacerla realidad en sonido y en presente. Asencillando los pasos con liviana respiración y tranquilidad...Arcoiris en el ahora....Movimiento para la Vida.... Las puertas se despliegan generosas en gratitud...