En este entre agosto y septiembre, las clases, de forma curiosa, se inician tanto en Puerto Rico, como en la Franja de Gaza, Palestina, y en Damasco, Siria. Lo interesante, es que Puerto Rico, a diferencia de estos dos países distantes, no se encuentra asediado por guerra alguna. Se encuentra viviendo su propia paz. Mientras, Siria vive tres años de una guerra provocada por los países de Occidente, donde ha muerto 190 mil personas; y Palestina, en particular la Franja de Gaza, recientemente vivió bajo asedio del ejército y gobierno de Israel, al costo de más de dos mil personas muertas. Lo que vincula a los tres países, a fin de cuenta, son los niños y niñas y su futuro.
Pese a todo, en el día de ayer en Damasco, 4.3 millones de niños y niñas (es decir menores de 18 años) volvieron a la escuela. Siria se trata de un país en guerra, asediado por las fuerzas del ejercito irregular del Estado Islámico (EL), y bajo la promesa del presidente Barak Obama de que van a “armar a las fuerzas moderadas” para derrocar al gobierno existente en Siria. La mitad de todos los niños recibieron ayer sus libros de forma gratuita por parte del estado. La otra mitad tuvo que recibir libros usados y prestados. Un convoy repleto de libros escolares fue quemado por EL.
De otra parte, en la Franja de Gaza, 500 mil niños y niñas han comenzado clases en esta semana. A pesar de no tener aulas, en muchos casos, volvieron a la escuela. Las aulas fueron destruidas por los bombardeos del ejército israelí.
En Puerto Rico, también cerca de 380 mil niños y niñas volvieron a la escuela pública. No sabemos cuántos volvieron a la escuela privada, pero se estima que menos de 200 mil. La pérdida poblacional, por falta de nacimientos como por la migración, afecta la propia supervivencia del sistema de educación público y privado. Pero en Puerto Rico, el bienestar general, en particular el del sistema de educación publico, pese a que la educación, como en Siria, es gratuita, pese a que los materiales escolares se le proveen de forma gratuita a los estudiantes, y más que nada pese a la estabilidad política y social con la cual hoy asisten los estudiantes, es negado por el asedio que la prensa comercial corporativa y los grandes intereses tienen contra el estado en la isla.
En esta medida, pensamos que solo los conflictos de Siria y Palestina, como también en Irak, se pueden resolver si el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas, toma control de dichos conflictos. En otras palabras, si se negocia una votación en la cual el consenso dominante es en torno al bien común de la paz de la humanidad.
Pero, ¿qué hacemos en Puerto Rico? Tal vez, y siguiendo la lógica anterior, ha llegado el momento de la que la Organización de Naciones Unidas tome control de la isla. Esto solo lo puede hacer dicho organismo internacional, revirtiendo su posición en torno a Puerto Rico que data de 1953, y esto sería reconociendo que el modelo de auto-gobierno no funcionó. O por otro lado, admitiéndonos como estado soberano o con poderes soberanos. Usted dirá, pero Puerto Rico no puede seguir bajo asedio, y menos por el capital corporativo, cuyo único interés es garantizar sus ganancias económicas. No le interesa el bienestar del pueblo, y menos el de los 380 mil niños que iniciaron clases, de forma satisfactoria en el 95 por ciento de los casos en toda la isla.
Crédito foto: Capt. John Severns, U.S. Air Force, Wikimedia Commons, bajo licencia de dominio público