El afán de tener o la vida de otro modo

Justicia Social

En lo que cada quien invierte su tiempo es un asunto claramente personal. Sin embargo, no deja de ser un asunto de interés sociológico la respuesta colectiva ante un evento que pudiera parecer de mínima envergadura como el lanzamiento de un “gadget” tecnológico, pero que la publicidad unida al deseo consumista convierten en un acontecimiento de gran importancia.

Recientemente, la tecnología se hizo de otra innovación que promete ser un mejor artefacto. Personas hicieron fila incluso un día antes de la venta para conseguir el anhelado objeto; situación que se repite innumerables veces. La cuestión no reside en la cosa en sí, en el ente material, sino en que me parece necesario problematizar la conducta masiva, entender nuestra acción consumista. 

Mientras antes había una percepción de atesorar el tiempo, hoy la implicación de “necesitar” algo pone de cabeza cualquier sentido temporal y también de prioridades. Entonces creamos toda una cultura erigida desde un valor de lo tangible, lo que puede asirse, sin medir obligatoriamente que su estimación puede ser simplemente accesoria.

Y de esta manera esa “carencia” que experimentamos al no tener todo lo que nos propone el mercado, también e inexcusablemente provoca la transgresión de límites. Cuántas veces una espera ordenada frente a una tienda se vuelve en una estampida feroz o cuántas indignaciones causa el no obtener lo que se ansía.

Mientras, en el mundo siguen ocurriendo sucesos que realmente exigen un tiempo detenido en la búsqueda cuidadosa de soluciones y en poner en práctica las resoluciones. La vida acontece de otro modo: la verdadera justicia social va por otro derrotero muy distinto al afán de poseer; la justicia social es vida en comunidad, es tiempo dedicado a los demás, a hacer Patria.

Crédito foto: Sascha Pohflepp, Wikimedia Commons, bajo licencia de Creative Commons (http://creativecommons.org/licenses/by/2.0/deed.en)