El demonismo en el Caribe del Siglo XVII: entrevista a Pablo Crespo

Creativo

La crisis de valores socioculturales que vive Puerto Rico ha llevado a muchos individuos a buscar en creencias no tradicionales, consideradas por los cristianos como paganas, alternativas al vacío espiritual que sienten. El demonismo, como arquetipo contrario al Dios todopoderoso que impone su voluntad y se hace el sordo a sus seguidores, se perfila como una de las creencias que atrae a un alto número de interesados, especialmente, jóvenes. Sin embargo, son pocos los tratados que estudian el aspecto del demonismo como fenómeno histórico- cultural, ya sea en la Isla o en la región caribeña.

El historiador, Dr. Pablo L Crespo Vargas publicó recientemente un estudio investigativo sobre el fenómeno del demonismo en el Caribe hispano del siglo XVII. El libro, “El demonismo en el Caribe hispano: Primera mitad del siglo XVII”, que es la tesis doctoral de Crespo Vargas, será presentado el próximo 25 de octubre en el Centro Cultural Anastasio Ruiz Irizarry en Lajas a las 7 de la noche.

Crespo Vargas, define el demonismo como la creencia en seres que son considerados por la mayoría de creyentes como “maléficos”.

“El demonismo es la creencia en el demonio u otros seres que son considerados maléficos. El demonismo solo podría existir en culturas que creen en la existencia de lo que llamamos “la personificación del mal”.

El investigador histórico expone que la visión del mal es un aspecto cultural que está matizado por las creencias intrínsecas de quien las juzgue y por la evolución social de la sociedad en la que se desarrolle el fenómeno.

“En esencia, el mal existe; pero su personificación es un asunto cultural. En el caso del Caribe, al igual que en todo territorio que haya sido colonizado por países cristianos (europeos), la influencia de las tradiciones demoniacas proviene de ellos. Las religiones africanas, así como las amerindias, tenían una cosmovisión distinta a las grandes religiones monoteístas (el judaísmo, el cristianismo y el islam). Su impacto fue profundo, sin embargo, este se tendría que estudiar por periodos o por regiones. No es lo mismo la influencia de las religiones africanas en Puerto Rico como en Cuba. Tampoco es igual la influencia africana en el Puerto Rico del siglo XVII como en el del siglo XIX”.

Partiendo de esa premisa, el historiador destaca la presencia de creencias demoniacas en cuentos folclóricos y tradiciones populares que forman parte de nuestro acervo sociocultural, pero enfatiza que la creencia tradicional sobre el demonio se ha diluido con el progreso y el avance tecnológico.

“Con el desarrollo de la modernidad, la creencia sobre el demonio se ha disipado. Hoy día es una figura más del cual muchos ni siquiera creen en su existencia. No obstante, dentro del folclor puertorriqueño, al igual que el de las demás Antillas Mayores, nuestra base cristiana ha llevado a que se hayan creado diversas historias que se relacionan con la figura del mal. Tenemos que aclarar, que una característica del ser humano es la de pensar mal sobre lo que ignoramos, desde la visión cristiana estaríamos demonizando lo que no entendemos. Es por ello, que muchas de los fenómenos a los cuales el ser humano se enfrenta y que son dañinos a él, son consideradas como obra del demonio, sequías, hambrunas, entre otros)”.

El historiador indica que algunos de los ejemplos de demonismo en el folclor puertorriqueño son la historia de la garita del diablo y el aquelarre de gatos en el municipio de Florida.

“La historia de la garita del diablo, donde se habla de un vigía que había desaparecido. La teoría inicial era que el diablo se lo había llevado, aunque la misma historia dice que se fue con su amada. En el municipio de Florida, existe un sector conocido como Lourido, donde se piensa que se realizaba un aquelarre de gatos. En él, se reunían miles de gatos que maullaban de manera agobiante para los vecinos. Esos gatos, según los habitantes de la zona, eran parte de una secta de brujos y brujas que cada cierto tiempo se reunían en el lugar para celebrar sus fiestas en honor al demonio”.

Crespo Vargas destaca que aunque “muchas de nuestras leyendas se han suavizado con el pasar del tiempo, las historias como el jacho, la llorona, la joven que mueres de amor y las cadenas que se escuchan en la oscuridad, entre otros, se han relacionado con la existencia de seres maléficos o almas en pena que buscan de alguna forma liberarse de las cadenas que tienen impuestas. Esto ha llevado a sectores más fundamentalistas del cristianismo a catalogar todas estas historias como diabólicas”.

A preguntas sobre si cree en el demonismo y en las supuestas posesiones demoníacas, Crespo indica que “nuevamente debemos definir antes de poder contestar”.

“Una posesión demoníaca puede ser vista como el hecho de que un espíritu impuro o maléfico entra en el cuerpo de una persona y toma posesión de los actos de ella. Desde un punto de vista médico o psicológico se podría hablar de trastornos disociativos. En todo caso es un tema complejo y subjetivo; por ejemplo para los sumerios el hecho de que una persona se enfermara era indicativo de la existencia de una posesión y así por el estilo”.

Crespo Vargas explica que el tema del demonismo para su tesis doctoral es consecuencia natural de su tesis de maestría sobre las supersticiones, “La Inquisición española y las supersticiones en el Caribe hispano”, con la cual obtuvo el Primer Premio del Instituto de Literatura Puertorriqueña en la categoría de ensayo investigativo para publicaciones en el año 201.

“El tema del demonismo surge como una extensión al tema de las creencias “supersticiosas”, ya desarrollado para mi tesis de maestría. Ambos temas tienen el denominador común de haberse utilizado la documentación inquisitorial del Tribunal de Cartagena de Indias como base del estudio. La inquisición es una fuente de información de mucho valor, ya que es una de las instituciones con mayor caudal disponible para los investigadores caribeños que estén dispuestos a internarse en el Archivo Histórico Nacional de Madrid. A todo esto, los temas inquisitoriales respecto al Caribe casi no se han trabajado. El demonismo en sí, también es un tema poco trabajado desde una perspectiva histórica en nuestra zona”.

Crespo señala que escogió el siglo XVII para hacer su trabajo investigativo porque son “poca cantidad de puertorriqueños que se especializan en este siglo. Por lo visto, el siglo XVII y XVIII son dos siglos que presentan mucha dificultad a los historiadores, no solamente por la paleografía, sino que la documentación primaria, en la mayoría de los casos se tiene que buscar en España; aunque podría haber alguna en los archivos de México”.

La tesis de Crespo Vargas requirió la revisión de la documentación inquisitorial surgida en Cartagena de Indias entre 1610 a 1659, “se revisaron sobre 180 procesos y se identificó todo rasgo o presencia de creencias sobre el demonio”.

El investigador indica que “los casos más relacionados con el imaginario hacia la figura del demonio fueron los de brujería y los de hechicería. No obstante, también se pudo encontrar en otros tipos de acusaciones tales como creencias judaicas, blasfemias, reniegos a la fe y por creencias protestantes”.

El tema del demonismo en el siglo XVII nos lleva a la presencia de la Santa Inquisición y sus tribunales en las colonias americanas, ¿Cuál es su posición sobre la inquisición?

“Debemos distinguir entre Inquisición y pensamiento inquisitorial. El pensamiento inquisitorial fue un sistema desarrollado con el surgimiento de la civilización, ya que sus preceptos partían de la finalidad de mantener el control social de la comunidad. La Inquisición como institución surge desde la edad media aunque con una variedad de ramificaciones. La inquisición, contrario al pensamiento general no es una sola institución sino que fueron una gran diversidad, entre ellas podemos nombrar a la española, que es la más conocida, de manera regional surgieron inquisiciones en Portugal, Francia, Italia, Alemania, también está la inquisición episcopal y la inquisición romana. En cuanto al efecto de la inquisición en la sociedad colonial en el Caribe, según la historiografía existente no hubo ningún efecto; no obstante con los nuevos estudios inquisitoriales que hemos comenzado a publicar, podemos ver que este sistema indirectamente fue creando el ambiente necesario para que el sistema colonial comenzara a establecer ciertas pautas que sirvieron de control social en la zona. La inquisición caribeña era de carácter urbano, por lo cual fue desarrollada en los centros de poder. En el caso de Puerto Rico el centro de poder era San Juan (ciudad Puerto Rico en el siglo XVII), dado esto podemos ver que en las zonas rurales, en este caso San Germán, se creó una idiosincrasia diferente a la formada en la ciudad amurallada. Mientras San Juan era conservadora, San Germán era mucho más liberal, prueba de eso fueron los diversos levantamientos o pronunciamientos a favor de mayores libertades que se dieron en el suroeste de Puerto Rico”.

La tesis doctoral de Crespo Vargas concluye que las ideas del demonismo fueron traídas desde Europa y que las características afro-indígenas fueron mínimas o convenientemente incrustadas en el pensamiento popular. La imagen del demonio como personificación del mal es exclusiva del mundo occidental. Las culturas indígenas y africanas tenían otra visión del mundo, la cual, dentro del etnocentrismo europeo, no fueron comprendidas”.

Crespo Vargas, quién es maestro de historia en la Escuela Superior Leonides Morales Rodríguez en Lajas, puntualiza que “aunque se han escrito artículos sobre este tema, entiendo que para la región del Caribe, es el primer trabajo abarcador publicado. En el continente americano el grupo de especialistas en este tema es muy limitado. Entiendo que podría abrir espacio para el desarrollo de otros estudios, no solamente relacionados con el demonismo, sino que podrían incluir diversos aspectos sobre la religiosidad popular”.

Crédito foto: Suministrada