Debate por la descriminalización de la marihuana podría terminar en nada

Justicia Social

Vuelvo a la Isla desde Nueva York y me encuentro que Puerto Rico está enfrascado todavía en una discusión acalorada e interminable sobre una medida de avanzada que descriminalizaría la posesión de una pequeña cantidad de marihuana, medida que pasó el cedazo del Senado, pero que está varada en la Cámara de Representantes, donde parece no tener suficientes votos para pasar. Otra medida pendiente en la Cámara es una bastante ridícula que ordena que se haga un estudio sobre los usos medicinales de la marihuana, especialmente para pacientes que están en una etapa terminal de una enfermedad que les causa mucho dolor. En otras jurisdicciones se han hecho varios de estos estudios sobre el tema. ¿De veras que necesitamos uno criollo?

El debate es el mismo de siempre. En un lado está el senador Miguel Pereira, autor de la medida de descriminalización y los representantes Carlos Vargas y Luis Vega Ramos que representan voces lúcidas en medio del tumulto que ha causado el primero de los proyectos de ley. En el otro lado están, entre otras figuras, muchos ministros evangélicos y un sacerdote católico que lleva una voz cantante en contra de cualquier medida que conlleve un enfoque nuevo y distinto a la llamada “guerra contra las drogas”, proclamada primero en los Estados Unidos, donde el sistema carcelario alberga unas dos millones de personas. El número de reos en Puerto Rico es de más de 100,000 personas.

Me pregunto por qué los oponentes de esta medida no miran a otros países para aprender de su enfoque sobre el uso de drogas. Holanda y Portugal prácticamente la tienen legalizada. Puerto Rico clama por cambios en el Gobierno y ambiente social, pero se pone gríngolas cuando aparece una discusión sobre la marihuana.

La segunda pieza legislativa es sencillamente innecesaria. Estudios existen de más, incluyendo varios de la Administración de Alimentos y Drogas (conocida por sus siglas en inglés, FDA). El uso de drogas que tienen THC, el ingrediente activo de la marihuana, ya está permitido en un programa experimental en los Estados Unidos. En Canadá se permiten tres tipos de pastillas que contienen THC para usos médicos.

El que me diga a mí que el propósito del sistema carcelario norteamericano y el puertorriqueño es rehabilitar, miente. Son sistemas del todo punitivo. Tenemos un nuevo código penal que aumentó las penas de los delitos y quitó gran parte de la discreción que tenían los jueces al momento de sentenciar a un convicto. Esta situación se da en momentos en que el saliente secretario de Justicia federal, Eric Holder, ha abogado por un plan para soltar a reos que no representan un riesgo para la sociedad.

Hay varias maneras de implantar las medidas de descriminalización. Varios estados norteamericanos ya permiten su uso de manera limitada. Se argumenta que el uso de la marihuana conlleva al uso de otras drogas más fuertes como la cocaína, la heroína y el crack, pero varios estudios indican que la primera droga que prueban aquellas personas que tienen problemas con la sustancias controladas es el alcohol, otra droga, pero una que es legal.

Otro argumento es que con la descriminalización va a haber un derroche de gente corriendo a comprarla. Yo no fumo marihuana, ni me interesa fumarla. Conozco gente que la usan en la privacidad de su casa, que mantienen trabajos y familia y funcionan normalmente. Es frustrante vivir en una sociedad que insiste en ser tan conservadora que no quiere asimilar ningún cambio. Esto incluye una reciente propuesta para bajar las penas de un número limitado de leyes criminales. Me imagino que esta propuesta tampoco llegue a ninguna parte. Mantener a una persona que no es un peligro para la sociedad encerrada por años en prisión no va a resolver ningún problema. Mientras tanto, seguimos con la encomienda de “cero tolerancia a las drogas”. Esa es una guerra que nunca vamos a ganar. ¿No será ya la hora en que debemos por lo menos ponderar otras medidas en vez de encerrar a más y más gente?

 Crédito foto: Marc Fuyà, www.flickr.com, bajo licencia de Creative Commons (https://creativecommons.org/licenses/by-sa/2.0/)