Andrés Mojica, el profesor titular de órgano de tubos en la Universidad de Puerto Rico, recinto de Río Piedras, es un apasionado de dicho instrumento, el cual conoce desde los nueve años. Hoy, varias décadas después, y pasado cinco años de ejercer como profesor del instrumento en el principal centro docente del País, la pasión no se ha perdido. Más aún, tiene la voluntad de organizar conciertos de forma frecuente en el Teatro de la Universidad donde se encuentra uno de los pocos órganos de tubos que hay en Puerto Rico.
Como parte de dicha voluntad, ayer, se celebró el concierto semestral que de momento organiza el profesor Mojica en la Universidad. El concierto contó con la participación de la flautista, y quien toca el piccolo, de la Sinfónica de Puerto Rico, Ana María Hernández, así como los integrantes del Borinquen Brass. Ante un teatro con más de 800 parroquianos, los cuales asistieron a este concierto gratuito, el profesor Mojica abrió la velada según dispuesto a las seis de la tarde.
No obstante, al momento de iniciar la jornada musical, donde se habría de interpretar música para metales y órgano, nos confrontamos con la pequeña situación que el instrumento del profesor Mojica no funcionaba. Esto se debió a un desperfecto eléctrico. La situación, según él explicó, se debía a un problema con el voltaje, altas y caídas del sistema, lo cual había llevado a operar la planta eléctrica de emergencia, afectando el sistema de operación del instrumento. Dicho esto, el profesor Mojica cambió de instrumento de órgano a piano y, pese a los inconvenientes y la diferencia, la noche transcurrió con mucho entusiasmo.
Destacamos el entusiasmo del profesor Mojica, tanto en su capacidad de liderato musical como a su vez en sus ejecuciones. También, resaltamos el trabajo de Hernández. La interpretación de música de Handel hasta Morell Campos fue del agrado de los allí presente.
La Universidad de Puerto Rico, recinto de Río Piedras, se está convirtiendo en el centro cultural de mayor presencia en el País en este momento. Conciertos como el de ayer, gratuitos y con una asistencia tan concurrida, nos lleva a pensar que hay un reconocimiento de este hecho a nivel nacional. ¡Adelante, UPR!