No ha pasado el segundo año de la administración de Alejandro García Padilla y ya se perciben los aires de la derrota del PPD. No solo se trata de las luchas internas del Partido Nuevo Progresista, entre Ricardo Rosselló y Pedro Pierluisi, sino la lucha interna del Partido Popular Democrático. Las renuncias recientes, tanto en el Instituto de Cultura Puertorriqueña (ICP), proyecto que acaba de colapsar con la renuncia de la directora Lilliana Ramos Collado y de varios miembros de la Junta de Directores del ICP, han puesto en evidencia que el Gobierno de García Padilla está de salida. La renuncia de la secretaria de la gobernación Ingrid Vila se convirtió en el primer anuncio de una debacle que se va consolidando en otras agencias de esta administración.
La pregunta que tiene el pueblo es si se trata de una huida por parte de sectores del Gobierno de García Padilla o si se trata de una polarización interna del PPD que se refleja en dichos acciones.
Por un lado, hay quienes alegan que se trata de una radicalización del sector conservador del PPD que se está acomodando por medio del desplazamiento de otros representantes de sectores más liberales dentro de la administración. No se trata, entonces, del colapso del Gobierno actual sino del reacomodo de sectores dentro del PPD tratando de cooptar el control de la administración.
El PNP tiene su dosis de drama dentro de este proceso. Mientras que el PPD se acomoda para una posible derrota, el PNP se va a acomodando para una victoria en las elecciones de 2016. La primera pregunta que hay que hacer es si el PNP ha cambiado de opinión sobre la necesidad de credenciales para ser candidato a gobernador. Mientras que en las elecciones de 2012 el principal señalamiento contra Alejandro García Padilla era su falta de experiencia, ahora el PNP se apresta a nominar a Ricardo Rosselló, el hijo de Pedro Rosselló, que no cuenta con experiencias políticas o administrativas anteriores. El otro candidato del PNP es Pedro Pierluisi, quien fuera secretario de Justicia de Pedro Rosselló, comisionado residente de Luis Fortuño y de Alejandro García Padilla. Un candidato con más de 20 años de experiencia se ve amenazado, en el PNP, por un candidato sin experiencia alguna.
El dato más significativo del nuevo escenario político de Puerto Rico es la ausencia de los partidos alternos. No hay voces que digan algo más allá de lo que dice el PNP o el PPD. El único sector fiscalizador del actual Gobierno es el PNP. ¿Dónde está el PPR, el PIP, el PPT y cualquier otra alternativa? ¿Dónde están sus propuestas y sus voces? Rafael Bernabe, candidato de 2012 por el Partido del Pueblo Trabajador, se ha limitado a escribir columnas ininteligibles para el pueblo que supuestamente representa. Ningún otro sector tiene palabras dentro de la crisis de Puerto Rico. Esta ausencia, este silencio, se convierte en un acto de complicidad con la posible victoria del PNP en el 2016. Si no hay alternativas ante la posible derrota del PPD, será el PNP la única alternativa. El silencio de los otros sectores, incluso el sector cultural y la sociedad civil, es un acto de complicidad. Si Ricardo Rosselló se convierte en gobernador, se lo tendrá que agradecer tanto al PPD como a los demás sectores políticos del País.
Crédito foto: vxla, www.flickr.com, bajo licencia de Creative Commons (https://creativecommons.org/licenses/by/2.0/)