Instrucciones para el suicidio de un ama de casa

Creativo

Introducción: Para ser suicida, tienes que odiar la vida, en especial la tuya. Escribe (escribo) en un papel quién eres. Siguiente capítulo. Felicidades haz alcanzado todo lo que la sociedad nos enseña como adecuado. Según el manual, en sus capítulos 1 al 5: despertar, preparar el desayuno –si se es mujer (ese es mi caso), preparar café, tostadas con mantequilla y revoltillo para toda la familia–, ponerle agua fresca al gato, vestirse, llevar a los niños a la escuela, trabajar, recoger los niños de la escuela, llevar a la niña al ballet y al niño al karate, buscarlos otra vez, ayudarlos en las tareas, preparar la cena –para todos­–, ayudar con las tareas, planchar la ropa para el día siguiente –la del marido– acostarte ni un minuto antes o uno después que él, hacerle el amor en la postura que más le gusta a él o que esa noche prefiera. Ahora sí, él ronca (ronca como un cabrón). Capítulo 6: Proceder (procedo) a las instrucciones.

Primer paso: escribo una nota suicida en la que les explicas cuánto los amas al marido, a los hijos, a la suegra y al gato. Segundo paso: escoge navaja, pastillas, ahorcamiento, fuego. Tercer paso: analiza las consecuencias de cada procedimiento. Cuarto paso: una vez tienes el método y sus ingredientes (tengo un galón de gasolina y una cajita de fósforos del motel donde él estuvo con su secretaria justo aquella tarde en la que yo paría a los gemelos), mírate al espejo y di vas a morir hoy y salto a otra etapa espiritual de mi vida. (Voy a morir… ¿Y para qué? Si ya estoy muerta.) Último paso: Aun así, lo enciendes.

 Del libro inédito: Carnaval de la sangre