Homenaje a una joven poeta que tocó tantas vidas…

Cultura

El pasado viernes 17 de octubre falleció la joven escritora venezolana Caneo Arguinzones, y las expresiones de dolor de sus compañeros poetas boricuas han surgido espontáneas y de inmediato. Por tales reflexiones este servidor pudo conocer más a esta creadora venezolana que al momento de su deceso contaba con 27 años.

En las palabras de dolor y agradecimiento que expresaron escritores como José Ernesto Delgado, Marcos Reyes Dávila, Marioantonio Rosa, Jessika Reyes, Alberto Martínez Márquez y Ángel Matos, entre otros, logré atisbar la estela de solidaridad y amor que esta poeta dejó en este Archipiélago nuestro caribeño.

Fue la propia Vilma Reyes, Directora del Festival Internacional de Poesía en Puerto Rico, quien me ofreció detalles de esta joven poeta: “Caneo vino a dos festivales seguidos, al 5to y al 6to festival. Luego regresó por cuenta propia y ofreció talleres, participó en la marcha de los maestros, por la liberación de Oscar y otras manifestaciones. La foto (una en la que le están celebrando su cumpleaños) es de esa última visita. Yo pensaba que sería la primera de muchas más hasta quedarse en Puerto Rico, ya que aquí se ganó a mucha gente y le sobraron ofertas para quedarse. Pero su apego a Venezuela, el colectivo de poetas y otras tantas causas que atendía en su país eran más fuertes que cualquier otra consideración”.

Y así es, las biografías consultadas acerca de la escritora ponen de relieve su compromiso con la vida, sus semejantes y la creación literaria. Con el colectivo “Las Fulanas Esas” llevó poesía a las calles y personas de Caracas. En el 2011 obtuvo el Premio Autores Inéditos de Monte Ávila Editores por su libro Zoo Anatomía del Insecto. En el 2013 su cuento “Gestación” logró el Primer Lugar en el Concurso de MetroRelatos, auspiciado por la Compañía Anónima Metro de Caracas y Monte Ávila Editores. Representó a Venezuela en diversos acontecimientos culturales en El Salvador, Ecuador, México, Puerto Rico y Cuba, país en el que leyó su ensayo “La palabra como herramienta comunitaria” durante la Feria Internacional del Libro de la Habana.

Mientras redactaba estas líneas el poeta y gestor cultural Ángel Matos me informó que el próximo jueves 30 de octubre, a las siete de la noche, en el Poets Passage del Viejo San Juan se realizará un homenaje póstumo a la poeta titulado “Caneo, donde nunca existirá el olvido”. En el evento, auspiciado por el grupo de escritores de En la Orilla, El Festival Internacional de Poesía en Puerto Rico y Poetas en Marcha, se leerán poemas en memoria de la joven venezolana, tanto de autores nacionales como de escritores del ámbito caribeño que ya han remitido sus colaboraciones. Los asistentes escucharán también grabaciones en las que Arguinzones declama su propia poesía. El homenaje contará además con la música de la cantautora Ivania Zayas.

A continuación El Post Antillano comparte con sus lectores dos poemas dedicados a esta poeta que a su corta edad tocó tantas vidas. El primero se titula “Recado a Caneo” y es de la autoría de Marioantonio Rosa; el segundo, realizado por Angel Matos, lleva por título “Réquiem por una Caneo Arguinzones bolivariana y poeta”. De esta forma queremos unirnos a este merecido homenaje.

*

de Marioantonio Rosa

RECADO A CANEO AH

 

Duele saber que el mundo volverá a girar sin ti

sin la mansedumbre de tus versos sangrando en cielo

sin tu presencia, como un viento fresco y libre en frutas

 

los ojos en azabache de cuerpo y brújula

y la voz, donde todos nos visitábamos el espejo.

 

Duele saber que seguirá la injusticia

el mal gobierno, los crímenes y los asaltos

y que tú, no estarás en tu pira de banderas y horizontes

echándonos el camino, grande en tu frente tibia

y en el sonreír que te abrazaba a colorido de almendras.

 

Caneo,

océano fuerte, océano de imagen, a tu sangre

la poesía se arrodilla convertida en agua y geranios,

a tu alma blindada en una lanza pura de rupturas

 

Caneo, nombre inmenso del día y de la noche

Nombre y boca de los colores, y las guerrillas victoriosas

 

la muerte te busca para vivir,

y se te cierran los ojos en nuestras manos

la muerte deshoja sus gacelas y sus marchas,

Y tú eres el fuego herido a su memoria,

 

Y como no tienes muerte,

En esta plaza que te brindamos sometida al cántico

 

Te pedimos que te acerques,

y nos abraces y abras tu poema

 

Te estamos esperando.

 

*

de Ángel Matos

Réquiem por una Caneo Arguinzones bolivariana y poeta

 

Tengo tu nombre trabado en una lágrima

-Pirata de ultramar de sueños y soñados-

una procesión de preguntas en fila india y enmascarada

de rodillas sobre asfaltos transcontinentales desarmados,

una memoria que se humedece entre recuerdos marinos

más allá mares entre invertebrados tejidos marinizados en tus versos,

esa jodida palabra que no te dije como alambre de púas en la garganta

en flagelado equinoccio de sombras y letras desangrando la garganta.

 

Tengo encuentros con tu sombra entre versos atrincherados,

una constelación de sonrisas con tus ojos  entre historias y luchas descalzas,

un amasijo de fotos en moderna alquimia de memorias en desvelos,

tu voz combatiente con tu mantra: Chávez, Bolívar, Venezuela y nuestro Oscar,

y los nombres de todos los nombres adoptados en esa nostalgia que te llevaste

a otra vida a renacer entre peces intergalácticos balbuceando poesía,

entre antiguos eclipses entre matizados de puños en alto y luchas milenarias

aquella visita que se quedará esperando por el papel que nunca te di.

 

Tengo un cajón repleto de cajones en donde se encajonan cajas pobladas

uno autografiado por tus manos donde duerme tu recuerdo callado y nunca mudo;

Esa voz donde se conjuga lucha y amor encadenado a los verbos resistencia y socialismo

y ese nuevo pájaro de dos alas truncas de mi isla y tu patria boliviana a merced del fusil imperialista;

Aquella nostalgia en la pecera de tus ojos a medio silencio entre peces sicodélicos

la guardia de honor de tus insectos arrebatados de pólvora cargada de futuros en tu verso;

Esta angustia que me dejas y nos dejas y desparramas en una América a medio contar y descubrir

porque al irte te quedas entre hojas y nostalgias vestida de nadas y el homenaje se quedó esperándote.