Se trata de esas instancias culturales que nadie ve o comenta, pero que llevan ya años establecidas en Puerto Rico. La sexta edición del Puerto Rico Horror Film Fest o Festival de cine de horror (el festival), se llevó a cabo en Puerto Rico de forma exitosa, entre el 23 y el 29 de octubre, en la sala de cines del centro comercial de San Patricio. Como parte de un cine muy especializado, que se concentra en ciencia ficción, thrillers, humor negro, fantasía y cine de horror o macabro, este festival logra aglutinar a unos seguidores del llamado cine “cult” o de seguidores-aficionados, como ningún otro festival de cine hoy en Puerto Rico. El cine de este género, que se concibe dentro de la gran familia de cine de horror, es sin lugar a dudas un gusto aprendido.
El festival contó con la participación de películas de su género provenientes de todo el Caribe y América Latina. Algunas realizadas con gran acierto, otras aún con grandes posibilidades, aunque en general las películas fueron una apuesta interesante e importante. En particular, porque el género de horror, culturalmente hablando, se ha visto siempre muy ligado a la industria de cine de Hollywood, EE. UU. En esta medida, ir a ver cine no-Hollywood es una interesante apuesta que rompe con el legado, un tanto hegemónico que George Romero, por ejemplo, trazó hace más de cincuenta años con el cine de horror de los zombies.
Organizado por la corporación Scene 51, Inc. y la Academia de Cine de Puerto Rico, la actividad logró aglutinar en esta edición interesantes películas. Se presentaron 16 largometrajes y 60 cortometrajes dentro del género de cine de horror, y los subgéneros que se incorporan en este festival. Hay que destacar el filme de horror y ciencia ficción, Biodegradable (Dir. Juan Basanta, República Dominicana, 2013). Dicha película constituye una interesante apuesta de la industria de cine de la República Dominicana, la cual sigue demostrando hoy, que se ha erigido en la principal industria en su clase en el Caribe. Los dominicanos hoy son el referente de cine, producciones y guiones.
En fin, que se trata de una puesta que pasa un tanto de forma “clandestina” en los registros culturales de Puerto Rico y el Caribe. No obstante, ya en su sexta edición, hay que esperar mejor manejo publicitario y, en particular, de contacto a los medios para difundir noticias diarias en torno a este evento anual.
Prospectivamente, un junte interesante sería unir el Congreso de Ciencia Ficción y Literatura Fantástica del Caribe Hispánico, el cual recientemente sesionó en Puerto Rico, y que El Post Antillano reseñó. Sería bueno seguir afirmando, en el umbral de la fiesta de los EE. UU. de Halloween, otras afirmaciones culturales más regionales o nacionales. El festival y el encuentro de literatura de ciencia ficción son proyectos afines, a pesar de la falta de comunicación. Apostemos a lo bueno. Apostemos.
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