Adictos a más series

Creativo

El inicio de la nueva temporada de American Horror Story: Freak Show nos ha puesto los pelos de punta.  Después de las temporadas anteriores, con el aquelarre de brujas de Nueva Orleans, y La Suprema interpretada por la gran Jessica Lange, o aquella casa embrujada en la tradición eminentemente gótica de lo extraño, el paso a este espectáculo de fenómenos de la naturaleza nos hace reflexionar acerca de cómo cada uno de nosotros es también un monstruo en potencia.  Jessica Lange como Elsa, es esa alemana inmigrante en Estados Unidos, a quien la vida ha dejado sin una oportunidad de éxito en el mundo del espectáculo, pero la ha llevado a reclutar a todos esos personajes que hacen una cornucopia de inadaptados sociales que encuentran en su carpa un lugar en el mundo. 

Kathy Bates como la mujer barbada y Angela Basset como una mujer totalmente hermafrodita, con un clítoris en forma de pene y tres senos, completan el trío de grandes actrices que dan a American Horror Story: Freak Show un toque de genialidad.  Veremos cómo se desarrolla toda la temporada y cuáles serán los derroteros que llevarán a la mujer de dos cabezas, interpretada por Sarah Paulson, por Jupiter, Florida en 1952.

Dowton Abbey es otra entrega de las series de esta temporada, pese a que todavía no nos llega la quinta entrega a las costas de las Américas, a menos que la veamos en línea en ITV, directamente desde la Gran Bretaña.  Hasta cierto punto es la contrapartida de American Horror Story porque nos muestra la historia de una familia noble en la Inglaterra de principios del siglo XX cuando su clase está condenada a desaparecer.  Es ese particular universo de upstairs y downstairs, en el cual somos testigos de la vida de los señores y sus sirvientes.  Las alianzas que se establecen y las intrigas que permean ambos grupos son una reflexión de un estamento ya perdido en el siglo XXI, o por lo menos altno tan prominente como en los primeros años de la Gran Guerra Mundial (1914-1918).  Al final de la cuarta temporada estábamos en los gloriosos años 20 del siglo XX, y las modas y los peinados prefiguraban ya la liberación total de la mujer por medio del derecho al sufragio universal.  Lady Mary y Lady Edith, las dos hermanas rivales de la familia Crowley, hijas de Robert Crowley, Conde de Grantham, llevan la acción en sus hombros porque representan el futuro de la familia.  En la larga tradición de producir un heredero legítimo para la familia porque niguna de las dos puede heredar.  Lady Mary, después de un trágico accidente en el que muere su esposo, Matthew Crowley, produce un heredero y salva el destino de la familia.  Merece mención especial la gran Maggie Smith en el papel de la abuela Violet Crowley, la Condesa de Grantham.  Ella precisamente representa ese mundo pasatista de los valores de una nobleza recalcitrante del siglo XIX que se niega a morir.  Esta sociedad de tradiciones arcaicas choca de lleno con American Horror Story: Freak Show, que ambientado en el espacio perfecto de los años 50 en Estados Unidos, hace una reflexión sobre las imperfecciones que esconde esa época.  Ambas series ilustran un período de crisis y cambio en dos países que han sido líderes económicos en el mundo moderno.  El resquebrajamiento de sus universos es también un rebote de lo que pasará en el resto de la sociedad global.

Estar adictos a más series como éstas, esperando todavía por las nuevas entregas de otras series que han quedado pendientes, como Orange Is The New Black y Game of Thrones, o siguiendo en Netflix otras como Merlin o The Borgias (en sus dos producciones paralelas), sigue atestiguando nuestro afán y avidez por las historias.  Tanto en el paso del libro a la imagen cuando una serie está basada en una novela o una crónica.  Siempre se ha dicho que el libro en su dimensión de palabra escrita es mejor que la serie o la película, pero las dos producciones de House of Cards, tanto la británica como la estadounidense, prueban que muchas veces el libro es una simple bitácora que un director de television por cable puede seguir al pie de la letra o reinterpretar y reescribir para ese medio, como fue el caso de True Blood con las trece novelas sobre Sookie Stackhouse de Charlaine Harris.

Les recomiendo American Horror Story: Freak Show y Downton Abbey.  Para la primera hay que tener un buen estómago y para la segunda hay que desarrollar una buena dosis de paciencia por las posturas clasistas de sus personajes. Ambas dan fe de que seguimos estando adictos a más series por no decir como dicen mis sobrinos: estamos jukeaos a las series.

Crédito foto: Suministrada