San Juan- El 57 por ciento de la niñez puertorriqueña vive bajo niveles de pobreza, según datos proporcionados ayer por el Instituto del Desarrollo de la Juventud (IDJ), una entidad de carácter privado preocupada por esta situación.
La directora del IDJ, Xiomara Caro, advirtió al dar a conocer la cifra, que se ha mantenido constante, que la discusión pública del desarrollo económico de un país tiene que partir de la realidad de su población, y un sector clave es la niñez y juventud.
"La pobreza en la que está viviendo nuestra población de 0 a 21 años tiene unas implicaciones serias en el acceso a recursos, oportunidades y ambientes propicios para un desarrollo saludable", advirtió.
La directora ejecutiva del IDJ explicó que a pesar de que los niveles de pobreza de la niñez y juventud de Puerto Rico se ha mantenido constante, "otros datos recientes presentan la complejidad de esta desigualdad".
El organismo renovó su herramienta digital, centralizando las estadísticas públicas más recientes de la niñez y juventud en Puerto Rico del periodo 2008-2013, las cuales revelan condiciones preocupantes relacionadas a la desigualdad en esta isla del Caribe, bajo el dominio de Estados Unidos desde 1898.
Caro destacó que los datos más importantes relacionados específicamente a la pobreza o inseguridad económica es que el 51 por ciento de la población menor de 18 años vive en familias monoparentales, principalmente la madre.
Expuso que igual de alarmante es que de los abuelos y abuelas que conviven con sus nietos, el 47 por ciento está a cargo de sus necesidades económicas.
"También es importante resaltar que existe un 20 por ciento de niños, niñas y jóvenes que tienen al menos un padre fuera del campo laboral o está desempleado", argumentó.
Con relación a las principales jurisdicciones de Estados Unidos, Caro indicó que Puerto Rico ocupa un bajo nivel, con un índice de "D", en el bienestar de la niñez y la juventud, clasificación que ya había alcanzado en 2013.
Caro aclaró que el objetivo del IDJ es aumentar "la visibilidad de esta información para que la comencemos a utilizar en la discusión pública, la toma de decisiones y el movimiento hacia políticas públicas que puedan impactar positivamente las condiciones en las que se desarrolla nuestra niñez y juventud".
También es una herramienta de planificación para que organizaciones públicas, privadas y comunitarias puedan diseñar y justificar la necesidad de programas que atiendan las problemáticas de esta población.
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