Corro extraviado
por la orilla de un río,
corro desnudo
con el Sol ardiente, abrasador.
Con la música que crean
las aves me elevo del suelo,
besando las nubes.
Sobrevolando el planeta,
observo como los árboles
cobran vida, inquietos
y con raíces seudópodas,
flagelos motiles,
se pasean por la tierra,
sembrando sus semillas,
pequeñas plantas
que la naturaleza purifican.
Un río de agua cristalina
se mueve por su cauce,
vivo y pensador,
respirando y dando vida,
nutriendo a quien se acerque
y lo abrace.
En alas del viento
voy extraviado,
por la orilla del río,
con la piel al descubierto,
el gigante dorado
me abrió un portal,
dimensiones,
un agujero de gusano,
que me trajo
a este estado de lo creado,
tan lejano y sencillo.
Bajo nuevamente al suelo
y caminando, camino...
Es un mundo tan hermoso
como la vida misma,
un estado etéreo, por los de mi raza,
olvidado.
Un lugar paradisíaco,
más allá de mis siete sentidos.
Sobre el terreno fértil,
toda clase de preciosas piedras,
minerales de la época;
camino bajo los árboles
que me saludan
en un lenguaje olvidado
pero que entiendo
sin saber...
Me cubren los árboles
con su gigante sombra,
sus retoños juegan a mis pies,
ríen, me observan.
A lo lejos, entre el cántico
de las aves,
la brisa del viento,
el zumbido de los lumínicos
rayos del Sol y el diálogo
que tienen los árboles con el río
pude escuchar a un coquí
cantor.
Innumerable cantidad
de animales juegan a la distancia,
entre los árboles y las hierbas.
Se detienen, me observan y cantan.
Entre ellos el Coquí
cantor
entona su original melodía,
todo se cubre de un silencio
consolador,
cantó el cantor.
Luego puedo observar
como el cantor se aleja
de los demás animales
y se pierde a la distancia,
entre las hierbas verdes y frescas.
Coloridas mariposas
lo seguían y acompañaban;
de vez en cuando
a lo lejos,
se escuchaba...
Bajo el amparo
de un anciano árbol me recuesto
y duermo,
en paz, con el alma en calma.
Sueño nuevamente
que estoy envuelto de Sol,
de naturaleza y me acaricia una flor.
Despierto del sueño
y escucho dentro de mi corazón,
sigue cantando el cantor.