Banco Reserva Nueva York y P.R.: ¿cómo mejoramos la competitividad?

Economia Solidaria

En un informe de la Reserva Federal del Banco de Nueva York, fechado el 31 de julio de 2014, se hacen recomendaciones que deberían ser miradas con detenimiento si queremos lograr un desarrollo social adecuado para Puerto Rico. El informe, que responde a ciertas perspectivas ideológicas capitalistas, es parte de las propuestas que el mercado está impulsando para promover la competitividad de Puerto Rico. Una de las debilidades de las respuestas de las autoridades de Puerto Rico es la selectividad con la que responden a este tipo de propuestas.

Usualmente, y condicionado por los intereses de sectores de la élites de la Isla, los gobiernos de Puerto Rico tienden a seleccionar aquellas alternativas que en conjunto tienen un impacto negativo en el nivel de vida de los puertorriqueños, como el aumento de impuestos y la reducción de servicios, y han obviado aquellas recomendaciones que tienden a mejorar los niveles del desarrollo social de la Isla.

La Reserva Federal recomendó, en el informe de julio de 2014, cinco alternativas para promover la competitividad del País. En primer lugar se recomendó mejorar las oportunidades del mercado de empleos. En segundo lugar se recomienda desarrollar el capital humano; en tercer lugar reducir el costo de hacer negocios en Puerto Rico; en cuarto lugar se dice que es importante movilizar las finanzas para responder a las necesidades de capital; y por último se dice que hay que reducir la dependencia de las industrias farmacéuticas.

La primera recomendación tiene como objetivo estimular el mercado de empleos en Puerto Rico. Un alto desempleo cierra las puertas para muchos sectores, sobre todo, jóvenes que no tienen la oportunidad de comenzar a trabajar temprano y, por lo tanto, se tardan mucho más tiempo en desarrollar destrezas necesarias para el mundo laboral. Un aspecto negativo del informe es que indica que el aumento en salario mínimo tendría un efecto negativo en el desarrollo del mercado de empleos. Pero una perspectiva distinta indica que si se aumenta el salario mínimo la productividad aumentará y, por lo mismo, la actividad económica vería el necesario aumento que requiere.

Sobre el desarrollo del capital humano se habla de que todavía Puerto Rico tiene una diferencia general en cuanto a los niveles educativos de la población. Contrario a la visión generalizada no tenemos una población con un superávit educativo, sino que seguimos teniendo una población que necesita más y mejores oportunidades educativas. Se indica que aunque el porcentaje de personas con menos de una educación de escuela superior se ha reducido, de 21 por ciento a 18 por ciento, esta reducción se debe a la emigración de sectores sin educación universitaria, los cuales emigran con mayor incidencia que los educados, y no a un aumento en las oportunidades educativas.

Un aspecto preocupante de esta tendencia es que las poblaciones puertorriqueñas que emigran sin educación universitaria tienden a no tener oportunidades educativas a nivel universitario en los lugares en los cuales se localiza una vez emigran de la Isla. Esto quiere decir que dicha población tiende a tener niveles inferiores educativos y, por lo tanto, menos oportunidades laborales a lo largo de su vida productiva.

En cuanto a la población que no emigra se indica que a pesar de tener mayores niveles educativos, lo cual es positivo para el desarrollo social y económico, es necesario impulsar proyectos de desarrollo educativo para promover destrezas que ayuden a dichas poblaciones a entrar en el mundo laboral. El informe termina indicando que este proyecto requiere una mayor inversión en la educación y no una reducción de la financiación del sistema educativo.

Para fines de este artículo es importante indicar que el desarrollo social está atado a las oportunidades educativas, tanto de los jóvenes como de los mayores. El desarrollo de destrezas educativas que hemos abandonado es fundamental para que podamos promover el desarrollo económico y social que necesitamos. Esas destrezas incluyen capacidad para la creatividad, pensamiento crítico, capacidad de dominar destrezas de solución de problemas y destrezas técnicas. Lo que no podemos hacer es reducir la necesidad de desarrollar destrezas técnicas, uso de computadora u otras y abandonar el desarrollo de capacidades mentales, emocionales y profesionales que ayuden a los puertorriqueños a entrar en el mundo de la economía global de manera firme.

El proyecto de las 936 ya no está, y no va a regresar. Las farmacéuticas son, cada vez más, una industria de salida. La industrialización, como la entendimos en los cincuenta y los sesenta, ya terminó. Ahora tenemos que entrar en otros ámbitos y eso requiere un mayor desarrollo social y equidad económica.

 

Crédito foto: Francisca, www.flick.com, bajo licencia de Creative Commons (https://creativecommons.org/licenses/by-nd/2.0/)