Carlos Vives + Corazón Profundo Tour en Puerto Rico

Cultura

En el Coliseo de Puerto Rico, ante un lleno casi total, se presentó en la noche de ayer, el cantautor folklorista-rock fusión, Carlos Vives.  Acompañado de su banda, que combina por lo menos tres grupos musicales,  de 14 músicos, por espacio de dos horas, el cantante colombiano deleitó a la audiencia fundamentalmente puertorriqueña.



El concierto fue muy eficientemente producido por SBS Entertainment, compañía matriz propietaria de varias estaciones de radio y televisión en Puerto Rico, entre otras y la más importante en su género de la salsa, Z93.  El concierto fue promovido por los pasados cuatro meses como la primera fiesta de navidad.  Para esto intentaron incorporar, consistente con la apuesta musical del talento principal de la noche, Carlos Vives, un poco de folclor y ritmos boricuas


Así las cosas, la noche la abrió el grupo de música de navidad y tradicional, Cantores de Bayamón.  Consistente con su ritmo, en un coliseo que iba llenándose poco a poco, fueron bien recibidos. Luego llegó el grupo de música obrera, Planéalo.  Estos tuvieron una apuesta rítmica más pegajosa, y fueron bien recibidos también por el público, pese a que las facilidades aún no habían recibido a todos los esperados. Llegado el tercer grupo no estelar, Pirulo y la Tribu, y con  un coliseo ya bastante lleno, todo cambió  Pirulo y la Tribu, vestido éste de blanco, al estilo yoruba, y todos sus músicos de negro,  la velocidad rítmica y sabor de este interesante exponente de la música salsa, inspiró a la audiencia y la puso a moverse sin parar.


Terminado el segmento local,  el grupo de música pre grabada, conocida como DJ Music, estuvo amenizada por el grupo de música urbana colombiano El Freaky.  Compuestos por los manejadores de musica Fat Sugar Daddy, Andre Shaq, Mike Style y Kmmy Ranks, estuvieron tocando un ritmo tecno-cumbia-ballenato, que produjo mas ruido que ritmo para la audiencia. No obstante,  Carlos Vives explicó durante su intervención que es su apuesta para integrar otros ritmos en su concierto, que sean emergentes y urbanos, y que apelen a una población más joven.


Finalmente, luego de dos horas de trabajo preparatorio, el cual se ejecutó con mucha puntualidad, a las 10:05 p.m. entró al escenario la banda de Carlos Vives. Esta inició la música, y el cantautor descendió en un corazón gigante, del cual éste “se brotó” y saltó como niño recién nacido.  Luego de esto fueron 18 canciones de las cuales, Vives interpretó 17, salvo la canción numero ocho, la cual fue un potpurrí de aguinaldos navideños, interpretados por los Cantores de Bayamón, lo cual le permitió descansar unos minutos y hacer el segundo y realmente hablando único cambio de ropa (literalmente hablando de camiseta).


El resto de la musica, fue ejecutada de forma magistral por Carlos Vives, en un montaje artístico que valió la pena. Con seis pantallas interactivas, bien sincronizadas aunque a veces con ligeros desperfectos técnicos, el concierto reflejó una calidad de apreciable valor visual.


Tal vez el momento más hermoso de la noche, fue cuando el cantautor puertorriqueño Glen Monroig subió al escenario a interpretar con Vives dos canciones.  Este momento fue importante, pues se valoró a Glen Monroig no necesariamente el intérprete, sino el amigo personal de Carlos Vives. Ese fue el momento más majestuoso y humano del concierto.


La integración del grupo de música afro urbana colombiano, de la región del pacifico, Chocquibtown,  fue un acierto para incluir uno de los grupos más exitosos en tiempos recientes en Colombia. No obstante, y ante la rapidez del concierto,  su presencia fue efímera.


Luego de 15 canciones,  Carlos Vives se retiró y volvió para interpretar las tres últimas canciones de la noche.  Habiendo cerrado la primera parte con la canción tema del momento, Cuando nos volvamos a encontrar,  ante la ausencia de Mark Anthony, no fue mucho lo que logró hacer de forma elocuente Carlos Vives. La memoria colectiva, pese a su gran ejecución, yace en un video que ha cautivado a todo el mundo.


El concierto cerró posiblemente con las tres mejores canciones de la noche, en términos de generosidad del artista, ritmo con paciencia, y sobre todo, temas conocidos por la audiencia. Así las cosas el cantante cierra con Carito, El  Cantor de Fonseca, y la Fantástica.  Genuinamente, en este  punto todas las coordenadas coincidieron. Sobre todo la harmonía de lo visual, el ritmo, el tiempo del artista y su audiencia.  En fin, un final magistral.


Nos parece que la producción dirigida por SBS Entertainment fue digna de la noche. No hay quejas del montaje, y sobre todo de la combinación de los múltiples talentos que participaron. No obstante, la producción de Carlos Vives, es otra combinación. Para los que lo vimos en el 2013, el cantautor colombiano esta migrando en su imagen y ritmo, y está desarrollando un concepto más tipo Word Music. El mismo para poder satisfacer otras audiencias, deja de ser latino-rítmico y se convierte en corporativo-rítmico.


Al haber elevado la velocidad en la métrica musical, como de la rapidez con la cual pasaron todos los eventos en el concierto, hace imposible bailar sus canciones, y lo único que uno puede hacer es brincar. Esto requiere que el principal músico tenga la estámina, a los 53 años para no parar de brincar en dos horas.  A parte de una buena condición física, no está lejano el día en que diga, luego de 100 conciertos, no puedo más.


Pero por otro lado, la noción corporativa de la musica, es una que habría que pensar.  Carlos Vives el folklorista es en sí una gran apuesta.  Ahora a ritmos fusiones, es otra conversación. Esto para que lo piense su casa productora y el propio artista, que sin lugar a dudas es una persona muy sensible con la Colombia de corte popular urbano y campesino.  No obstante, llega un punto que el concierto es uno de rock ligero en español, al cual se le puede perder interés.


Habiendo dicho esto,  la noche fue linda e interesante.  La gente se puso las telas y las tacas (zapatos altos de mujer) para desfilar de forma caribeñisticamente sensual, en el concierto. Fue una noche, donde todos y todas, como dijera el escritor boricua José Luis Gonzáles, volvimos a ser gente.

Gracias a Felix Guayciba por su apoyo para este escrito. https://www.facebook.com/felix.guayciba