Un gran pensador boricua: Carlos Severino Valdez y la vida sencilla

Caribe Imaginado

Frente a un café se dan grandes conversaciones; es como si compartir ese gusto relajara la tensión de las palabras y se invocaran los tiempos con vehemencia, con la certeza y la reflexión en la boca. La verdad parece no esconderse tras la taza; las letras salen prístinas, claras. Definitivamente, el mejor comienzo para la acción que ejercería mayormente durante esa hora; escuchar para entender, escuchar para conocer, escuchar para ir en periplo hacia el pasado, regresar al presente, soñar en futuro.

Así me reuní con el Dr. Carlos Severino Valdez, actual rector de la Universidad de Puerto Rico (UPR), recinto de Río Piedras. Confieso que ya tenía la primera “pregunta” rondando mi mente desde el día antes de la entrevista. Recuerdo que ante la aparente interrogante, Carlos, con todo el respeto que conlleva mencionar a alguien por su primer nombre, quedó pensativo. ¿Qué pregunta, durante todas las entrevistas que has brindado, nunca te han hecho que sí te hubiera gustado contestar?, le dije. Y he ahí donde inició la expresión más sincera de alguien que no ostenta su estatus profesional sino que retoma una y otra vez la sencillez de sus orígenes.

El País

“Yo creo que el tema racial es uno que yo lamento cono no se aborda en Puerto Rico”, fue su contentación inicial para agregar que actualmente hay mucha precaución con presentar el balance de géneros, pero que no existe el mismo cuidado en relación al asunto racial. Siendo el primer rector en propiedad negro -el doctor Eladio Rivera Quiñones habría sido rector interino- de la UPR en más de cien años, Carlos, con ascendientes dominicanos, aseguró que este es un asunto serio del cual hay una falta de conciencia y al que le queremos dar la espalda, aun cuando en la Isla sí existe discriminación racial.

“Es un hecho de que se rehúye la nomenclatura racial y el debate sobre el tema del racismo en el País”, sostuvo y prosiguió que para una persona pobre y de tez negra le es más complicado obtener oportunidades de crecimiento laboral y personal porque “hay unos atrasos históricos a los que han sido sometidos (como la baja escolaridad, por ejemplo)”.

En relación a su experiencia personal, distinguió a sus colegas y al carácter progesista de la institución, ya que su cargo como rector ha llegado con la simpatía y la confianza de mucha gente en su campo laboral.

Una anécdota que Carlos cuenta con afabilidad y que resume el tema del cual había estado conversando data de 1980 cuando habían culminado los Juegos Panamericanos en San Juan y él era un adolescente que residía en Santurce. En ese momento, relata, fue que se dio cuenta que era pobre. Y es que su interés por los caballos lo llevó a preguntar en la oficina correspondiente qué debía hacer para aprender equitación. Carlos narra que al percatarse de los costos que conllevaba se dio cuenta que era algo fuera de su alcance y que prácticamente todos los que realizaban dicho deporte eran blancos.

Por otro lado, quise saber cómo observa el País el rector del principal centro universitario. He aquí su respuesta. “Veo el País con mucha preocupación, la tendencia a desvalorizar la inteligencia, lo que es la capacidad intelectual, a permitir que los elementos menos conocedores sean los que cada vez tengan una voz más cantante en los asuntos públicos cuando tenemos tanta gente capaz”. Asimismo habló sobre la ausencia de lo que llamó “la vida orgánica” en los partidos políticos, que es permitir que sea el pueblo quien tome las decisiones importantes. Conversó a su vez sobre cómo la publicidad -aclarando que no tiene nada en contra de esta rama de las comunicaciones- ha aspirado a entender la conducta de la gente y cuenta con un rol tan relevante en las decisiones o el pensar colectivo, queriendo sustituir así a antropólogos y sociólogos. Para esto dio como ejemplo la campaña de la Isla Estrella, sometida bajo el actual Gobierno.

Igualmente, Carlos recalcó su preocupación en el valor subestimado que se les da a las ciencias y a la investigación social en Puerto Rico.

De otra manera, abordando el tema de la violencia, el entrevistado lo resumió como un tema sencillo. “Tenemos que abandonar la hipocresía, somos socialmente muy hipócritas en este País”, afirmó para explicar que aun cuando decimos no querer ni apoyar la violencia nos comportamos no solo violentamente sino que educamos con violencia. “No hacemos nada radicalmente válido que propenda a crear ambientes no violentos”, agregó. Por ello, aseguró que “hay que hacer una política intrépida”.

Sobre el asunto colonial, Carlos identificó el País como una colonia complicada y que no puede recaer en ese estatus todo lo que se le pretende achacar, por lo que habría que superar el colonialismo dentro del propio colonialismo. 

“En el País se tiene que generar un consenso para articular un proyecto socioeconómico antes que todo. Solamente desde la solidez económica resolveremos el estatus”.

La Universidad

Acerca de cómo fue su primer día siendo rector de la UPR-RP, Carlos, quien obtuvo su doctorado tan temprano como a los 27 años, confirmó que fue un día muy difícil, recordando que de su familia es la primera generación que asistió a la universidad. “Mi gran anhelo era escribir, publicar, dar clases; la vida me deparó otra cosa. Me llevó a ser directivo. Nunca lo busqué, llegó”.

“Es (ser rector) un gran orgullo, una gran responsabilidad; estoy tratando de dar lo mejor de mí”, indicó y continuó que es necesario “reafirmar el liderato que tiene la Universidad en el País” y esto no solo anclados en lo que se se ha alcanzado anteriormente sino en los logros presentes, creando “ciudadanos bien formados, profesionales que puedan hacer la diferencia”. También, Carlos pronunció su interés en que la UPR “se convierta en un gran eje cultural”, recalcando que la Universidad tiene la mejor infraestructura entre todas las demás instituciones en el Caribe y Centroamérica. Destacó al profesorado y la cantidad de investigaciones que la UPR realiza, colocando como ejemplo al Instituto de Estudios del Caribe que construye una mentalidad caribeña.

La persona

“Yo soy una persona muy alegre”, confirmó la sonrisa de Carlos. “Me encanta la luz del sol en la época de invierno; la luz brilla de manera muy especial”, puntualizó el geógrafo, quien disfruta compartir con un pequeño grupo de personas.

Y aun cuando se siente privilegiado por todos los logros alcanzados relativamente temprano y haber podido incidir en asuntos importantes, Carlos confesó que todavía está lejos de lo que quiere hacer.

¿Y qué quieres hacer, Carlos? “Disfruto mucho escribir. Creo que tengo artículos completos en la mente. Sacar tiempo para escribir. No descarto la literatura que es una de mis pasiones”, dijo, quien en su poco tiempo libre disfruta de la lectura y el cine.

“Yo soy rabiosamente optimista y creo que estamos en un momento en el cual necesitamos estar para sacudirnos, pero no hay duda que Puerto Rico tiene todas las capacidades para trascender. Tenemos que crear sentido de propósito, devolverle al trabajo el valor que realmente tiene. Integrar a la cultura las palabras organización, método, disciplina. Solo así vamos a poder convertirnos en un país competitivo, que puede trazarse metas a nivel regional e internacional”, de esta manera casi finalizó Carlos cuando mencionó lo que considero debe concluir esta nota: “el País necesita un nuevo comienzo y lo vamos a tener y va a ser un gran comienzo”.

¿Qué puedo decir? Que me hubiera gustado tener más café.