Inmigración boricua hacia República Dominicana y la actual realidad social

Justicia Social

Conversando con un amigo dominicano, quien puso su vida en peligro al tomar una yola para llegar a Puerto Rico, hablamos de la comunidad dominicana en Puerto Rico y cómo han progresado económicamente. Me dejó saber que la época de arriesgarse, tomando una yola llena de gente, se acabó.

La historias de horror que tienen todos los dominicanos que han pasado por esa temeraria experiencia ponen los pelos de punta. El Canal de la Mona, que separa a Puerto Rico y la República Dominicana, es un mar traicionero. Muchas veces, cuando el peso era demasiado para la yola, los truhanes que organizaban este tipo de viaje tiraban gente al mar por eso de nivelar la embarcación.

El quisqueyano llegaba a Puerto Rico como ilegal y clandestino, y dependía de familias dominicanas que ya se habían establecido en la Isla.

Claro está, no estoy diciendo que todos los dominicanos que llegaban a la Isla lo hacían ilegalmente. Hoy en día, mi amigo es ciudadano norteamericano y vive como todos los dominicanos en Puerto Rico, trabajando duro. Autoridades federales han dicho que la nueva ola de inmigrantes ilegales que llegan a nuestras costas son haitianos. La pregunta sobre porqué los quisqueyanos ya no vienen por decenas a Puerto Rico es que la economía de nuestra Isla está decreciendo y la de ellos está creciendo vertiginosamente. Solo en en el año pasado creció un siete por ciento.

De manera que no me sorprendió cuando un periódico de San Juan publicó un artículo sobre cómo ahora la inmigración ha cambiado de Puerto Rico a República Dominicana, donde el trabajo es más abundante y las condiciones de vida son más baratas. Para empezar, la economía de nuestros amigos dominicanos es una de verdad; no dependiente de fondos de Washington. Por varias razones, las corporaciones que sustentaban nuestra economía se han ido de la Isla. Algunas de estas han mudado sus operaciones en el Caribe a la República Dominicana.

Algunos de los puertorriqueños que van, llegan para trabajar con una compañía internacional. Para los boricuas que están en la edad de retiro, están considerando más y más Quisqueya como lugar de retiro debido al bajo costo de la vida. El crimen, auque existe en la República Dominicana, es considerablemente más bajo que en Puerto Rico. La relación entre los dos países siempre ha sido cercana. Allí está enterrado el prócer puertorriqueño, Eugenio María de Hostos. Dos presidentes de la República Dominicana, Juan Bosch y Joaquín Balaguer, tenían sangre puertorriqueña.

El artículo contiene una entrevista con una abogada puertorriqueña que se especializa desde Santo Domingo en tramitar los documentos de trabajo para los boricuas que quieren establecerse allí. Santo Domingo, aunque todavía pobre (al igual que Puerto Rico) tiene mucha producción de todo tipo, incluyendo la agrícola -la misma que abandonamos los puertorriqueños cuando en un derroche de arrogancia nos creímos un país de primer mundo. Ahora, como ocurría décadas atrás, los puertorriqueños vamos de aquí allá. Qué ironías tiene la vida. Como cantaba Rubén Blades: “la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida”.

Crédito foto: Colin and Sarah Northway, www.flickr.com, bajo licencia de Creative Commons (https://creativecommons.org/licenses/by/2.0/)