Editorial: El evento más significativo de 2014, Oscar López y García Padilla

Justicia Social

Estimados lectores y lectoras de El Post Antillano:

El pasado 4 de octubre de 2014 hubo un evento que colmó la psiquis nacional. Se trató de la visita que como jefe de Estado, colonial y territorial, lo reconocemos, le hiciera el gobernador, Alejandro García Padilla, al compañero y patriota encarcelado en EE. UU., por luchar por la independencia de Puerto Rico, Oscar López Rivera. Este evento, pobremente analizado por los comentaristas radiales, prensa corporativa, pero, más aún, por los sectores afines a López Rivera, merece de nuestra parte toda la atención social y política que se le pueda dar.

No existe precedente en la historia de Puerto Rico, que al día de hoy siempre ha sido colonial, que aborde una experiencia similar. Luchar contra la metrópoli, sea España o EE. UU., es un acto de insubordinación política de la peor manifestación para el poder colonial. Es por esto que Oscar López Rivera no es cualquier preso. Está acusado de actos de conspiración y sedición para derrocar al Gobierno de EE. UU. Por lo tanto, el acto de irlo a ver, por parte del gobernador García Padilla, da por asumidas muchas consideraciones que en el proceso de “normalización” de Oscar la gente tiende a olvidar.

Que nadie olvide que Oscar López Rivera esta cumpliendo cárcel por luchar por la independencia de Puerto Rico y que era miembro de un ejército de liberación nacional que operaba en EE. UU., llamado las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN). Entonces, a sabiendas, el gobernador García Padilla fue a verlo. Para el territorio de la política en EE. UU. esto no es cualquier evento. Para la internacionalización del caso de Oscar, sea por vía del Gobierno de Uruguay o el de Cuba o Venezuela, esta visita no es cualquier cosa.

El encuentro entre Oscar y García Padilla simboliza el encuentro de la nación puertorriqueña en la lucha por nuestra dignidad colectiva. Es un acto político y social que nos afirma. Celebremos la valentía de ambos seres humanos: por un lado, la del gobernador Alejandro García Padilla de ir a ver a Oscar López Rivera, pese a todas las críticas que se le pudieron formular. Y sobre todo, por haber hecho de su visita una oficial a nombre del pueblo de Puerto Rico y como jefe de nuestro Estado, territorial y colonial.

Por otro lado, reconocemos el valor de Oscar López Rivera de haberse reunido con el gobernador de Puerto Rico. Lejos de lo conversado, Oscar nunca enjuició ni condenó al Gobernador por ser parte de una colonia. Por el contrario, lo recibió de forma digna, solidaria y, más que nada, fraternal.

Celebremos pues este evento como el más significativo para la nación puertorriqueña en el 2014. Esperamos que de forma inminente podamos celebrar en los próximos días del encuentro de ambos luchadores por la dignidad de Puerto Rico en nuestra Isla-patria.