Paseo con Leo: Las dos islas no se hunden

Creativo

Un día curioso este día de los mapas, puntos que se trazan para formar islas, islas que forman archipiélagos. Una vez tuve un marchante que notando la cantidad de lunares que tenía en mi cuello y bajando por mi espalda, me dijo, voy a hacer un mapa de tus lunares. En un micro segundo imaginé los lápices de colores que usaría, y de inmediato me vi hecha islas, cada lunar un punto para crear países.

Pero aquello quedó en metáfora y mis lunares siguieron desconectados como tantas islas, como tantos hombres que son islas en-sí-mismadas.

Hoy, en mi paseo con Leo, llegué al lugar usual donde pido un cappuccino con puntitos de canela sobre la crema. El niño tiene la costumbre de remenear la piernita izquierda como si fuera un mantra en movimiento. Un hombre, quien también frecuenta el mismo lugar de galletitas francesas y café, se fijó en un lunar rojo que el niño tiene en su muslo izquierdo, parece el mapa de la isla de Puerto Rico, me dijo con mirada inocentona, pues solo yo sé la historia del mapa inconcluso de los lunares que todavía flotan. Sí, le dije, pensé que era un moretón cuando lo vi por primera vez al nacer, pero sigue ahí rojísimo, como una isla ardiente.

Entonces fue que recordé aquella noche, ya entrada en la madrugada, en La Habana Vieja, hace algunos años. Me encontré con un hombre más bien pequeño que sostenía el mapa de la isla de Cuba sobre sus manos. Está usted perdido, le pregunté. No se me puede caer, tenga cuidado, no me toque, que si se me cae el mapa, se hunde la isla. Quedé impactada. No, imposible que se le caiga, esta isla no puede hundirse, es un ala de un pájaro importante, la otra ala la guardo yo en mi mapa, si se nos caen los mapas, perdemos las islas, se hundirán como naufragios definitivos y exactos. Se me hizo fácil entrar en la locura de aquel hombre, entrar y salir de los lenguajes, de los imaginarios, inventar otros, sabiendo que cada instante queda incrustado sobre la piel como un lunar rojo en la pierna izquierda del niño, qué mejor lugar para tener ese lunar.