¿Es justo que los migrantes, regulares o irregulares, en su estatus, puedan votar?

Justicia Social

El colonialismo nos ha dejado en una encrucijada mental, donde nuestra reacción como pueblo es intentar en todo momento reducir reivindicaciones y luchas democráticas, en particular esas que son desde la izquierda medidas progresistas, y circunscribirnos a lo que nos dice el capital, la prensa corporativa, pero en particular Washington. Es como el maleficio en el cual el colonialismo nos ha dejado: una creencia de que somos un pueblo poco capaz, una identidad nacional débil y, más que nada, todo ente, salvo el poder metropolitano de Washington, viene aquí a hacernos daño, sobre todo si son caribeños, negros y extranjeros. Entonces, ¿qué hacer? Tal vez lo mejor es reflexionar si nuestra práctica discursiva no atenta contra lo que en otros casos hacemos: adelantar luchas igualitarias por los derechos humanos.

El gobernador Alejandro García Padilla adelantó una agenda política desde la justicia social sin precedente en todo el continente americano, cuando dijo que le daría el derecho a votar a los residentes con estatus migratorio regularizado como a su vez irregular (es decir, indocumentados). Esto no existe en ningún sitio de este continente llamado América. Ahora bien, ¿nos debemos oponer? Si somos consistentes con nuestra creencia y adhesión al discurso y la práctica de la igualdad, así como la de los derechos humanos, debemos de apoyar esta iniciativa. Es posiblemente, y desde una mirada de izquierdas, lo más radical que se ha hecho.

Ahora bien, el gobernador García Padilla tan solo ha propuesto. Ahora hay que proponer un proyecto de ley e iniciar un proceso de legislación. Esto requerirá vistas públicas donde todos y todas podremos participar. Lo que no podemos es enajenarnos de la conversación y negarla. De forma regulada, con salvaguardas, puede ser una buena medida legislativa por la equidad. 

La reacción del Partido Independentista Puertorriqueño, dentro de lo expresado antes, es la correcta. No se oponen a la inclusión de los migrantes. No obstante, desea ver el proyecto de ley para criticarlo, mejorarlo o transformarlo.

La puerta para que Puerto Rico, independientemente de su estatus colonial, se abra al mundo como otra nación respetando los derechos humanos esta ahí.

Ahora tenemos que aprender a utilizar la oportunidad que nos da esta nueva coyuntura para transformar a Puerto Rico.

Crédito foto: Rama, Wikimedia Commons, bajo licencia de Creative Commons (http://creativecommons.org/licenses/by-sa/2.0/fr/deed.en)