Redes sociales y los mensajes del Terror

Justicia Social

Desde hace ya varios años, para precisar desde el 2007, me he insertado como tantos otros en la dinámica de las redes sociales. Y ya en diversas ocasiones he escrito teniendo como punto de partida la actividad que se genera desde dicha estructura social que convenimos como un ente efectivo de comunicación, acelerada, imparable, en constante ebullición y, sobre todo, teniendo un efecto evidente en las maneras en las que actualmente nos interrelacionamos.

Sin embargo, las redes sociales, esa interconexión creada por unos cuantos, pero asumida por casi todos, se han convertido a su vez en un medio de fácil dominación por los colectivos de las más cruentas violencias. De modo que, por ejemplo, el Estado Islámico (EI, organización terrorista) hace uso de estos instrumentos comunicacionales y logran ya no solo efectuar la violencia sino reproducirla cuantas veces el consumo público lo sostenga a su vez.

Hay entonces en esto una peligrosidad por el alcance de los mensajes del Terror y también se va (re)creando una comunidad global que “enferma”, adherida en ciertos casos, aclaro, a una nociva morbosidad.

Es cierto que cada quien decide lo que ve, pero es que es innegable que las redes sociales ya se han “abierto” de tal forma que en ocasiones uno se topa con lo que he denominado los mensajes del Terror por la duplicación o multiplicación de intercambios a través de las mismas (redes sociales).

Incluso en cierta noticia leí lo que llamaron “publicidad refinada”, refiriéndose al EI. De modo, que ya los protagonistas más sanguinarios del terrorismo actual están valiéndose de lo que en un principio fue una respuesta a la globalización para encarnar las más brutales, inhumanas y feroces propagandas. En fin, para aterrorizar.

Concluyendo, habría que pensar de qué modo las redes sociales han perdido todo tipo de control sobre lo que las determina diariamente, cómo nosotros los usuarios perpetuamos y reproducimos, incluso por la misma indignación, los mensajes del Terror, y de qué manera se puede lidiar eficazmente con tan horrorosa situación.

Aquí, asimismo cabría el cuestionamiento que tan recientemente ha pululado por las redes sociales y es sobre la libertad de expresión. No es posible que el terror también la tenga.