Finalmente: Las Fiestas de la Calle San Sebastián fueron un éxito total

Cultura

Poco más del 15 por ciento de la población de Puerto Rico, es decir sobre 500 mil personas de 3.5 millones de habitantes, asistieron a las Fiestas de la Calle San Sebastián, durante los días del 15 al 18 de enero. Este evento transcurrió sin contratiempos mayores que no hayan sido que la cantidad de letrinas gratuitas no fueron suficientes, empujones y malos humores por el hacinamiento humano, o que haya habido intoxicación por alcohol. El resto, “gozadera” pura en las Fiestas tipo carnaval, más importantes del Caribe hispano.

Este año, las Fiestas vinieron precedidas por una acción legal por parte del comité organizador de las Fiestas de la Calle San Sebastián, el cual intentó controlar al municipio de San Juan, quien pese a no ser el organizador del evento, corre con todos los gastos esenciales que van desde la seguridad, la transportación, las instalaciones de baños públicos, los servicios médicos y el seguro del evento. Pero más importante, este año, el municipio de San Juan, y luego de haber llegado a un acuerdo con el comité organizador, asumió el control de las cuatro tarimas oficiales del evento, en donde también corrió con los gastos de poner en escena a una impresionante diversidad de grupos musicales, desde los menos famosos hasta los más famosos, en distintos géneros que apelaban a diversas poblaciones.

El municipio y el comité organizador también habían llegado a acuerdos en torno al control de los auspiciadores y los quioscos de venta de alcohol y comida. Aunque los auspicios le pertenecían a cada estructura organizativa, fueron removidos de los escenarios, devolviéndole a la apuesta cultural un sentido de quehacer comunitario.

Por otro lado, la presencia limitada de quioscos permitió que los negocios ya existentes del viejo San Juan tuviesen un flujo activo de clientes. Esto forzó a un cambio en el manejo de los precios, pues la competencia era alta y los costos se vieron reducidos en muchas instancias.

Tal vez lo más impresionante de la jornada fue el hecho de que pese ha haberlo regulado, las comparsas familiares y comunitarias no desaparecieron. Las comparsas corporativas, esas fundamentalmente controladas por universidades privadas y por compañías de teléfonos, estuvieron mucho más reguladas. Al punto que las mismas parecían un sinsentido en las Fiestas. Dicho lo anterior, la alcaldesa Carmen Yulín Cruz, supo sacarle provecho educativo al evento y promovió una comparsa municipal, en la cual se integraron distintos grupos de teatro, entre otros Agua, Sol y Sereno, los cuales en todo momento promovieron la excarcelación de Oscar López Rivera.

Celebremos pues varios asuntos. El nivel de dirección cultural y de gestión presentado por el municipio de San Juan, en esta edición de las Fiestas, merece nuestro reconocimiento. Por primera vez en mucho tiempo, las Fiestas fueron lo que tenían que ser: unas fiestas de pueblo. El balance entre la oferta cultural, tanto la musical como la de artesanías y comida, fue la correcta. La oferta de servicios públicos para lograr que el pueblo participara fue más que efectiva. Pero lo mejor fue el apoyo masivo que las Fiestas recibieron de todo Puerto Rico: sobre 500 mil personas en cuatro días.

Finalmente, las Fiestas de la Calle San Sebastián fueron un éxito total.

Crédito foto: kowarski, www.flickr.com, bajo licencia de Creative Commons (https://creativecommons.org/licenses/by/2.0/)