Lamentablemente, y no me gustaría tener que utilizar esa palabra para iniciar una nota periodística, cada vez que surge una iniciativa para adelantar una causa necesaria en el País ocurren las polémicas que solo logran dividir y desinformarnos como pueblo.
Ahora que como parte del currículo que diseña el Departamento de Educación (DE) los maestros deberán enseñar los temas relacionados al concepto de perspectiva de género, que es aquel que promueve justicia social mediante la equidad entre hombres y mujeres, también llega con la noticia las tergiversaciones de lo que en otra nota denominé el fundamentalismo “light”; que es una radicalización en las posturas sociales que en ocasiones no se perciben nocivas cuando realmente sí lo son.
Básicamente, los estudios de género lo que han hecho es incentivar la igualdad de derechos entre mujeres y hombres, asumiendo de manera responsable las diferencias propias de cada uno. Esto a fin de cuentas lo que permite es la erradicación de estereotipos que juegan un papel decisivo en nuestro comportamiento social, perjudicando las relaciones entre las partes y la estima de cada persona.
No obstante, y como dice el refrán “la ignorancia es atrevida”, y grupos fundamentalistas pretenden crear una falsa alarma de una supuesta enseñanza dirigida a proponer promiscuidades y aberraciones, según ellos; algo que no tiene ni pie ni cabeza, para continuar con el refranero popular. De modo que mientras la controversia se agudiza, el País continúa padeciendo la violencia física, emocional y psicológica que conlleva la inequidad.
Confío que el plan del DE pueda implantarse con éxito sin que nuevamente el fundamentalismo religioso y político consiga atrasarnos como sociedad. Es más; todos y todas deberíamos comenzar a leer o releer sobre este complejo tema e informarmos adecuada y asertivamente. Educarnos y reeducarnos siempre debe ser la mejor opción.
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