Cheché Sánchez: sobre cuatro décadas entrenando a grandes y pequeños

Caribe Imaginado

José “Cheché” Sánchez es un hombre que habla poco. Cuando habla lo hace de forma pausada. Pero póngale cerca de un cuadrilátero y su mirada de pura calma se convierte en una de aguila.

Tiene mucha historia boxística en su cabeza. Y es que Cheché lleva más de cuatro décadas entrenando boxeadores, desde campeones profesionales hasta jóvenes que acuden a su gimnasio para aprender a defenderse. El gimnasio que el preside es el Gimnasio Municipal Wilfredo Gómez en Guaynabo, un pueblo en las afueras de San Juan donde entrenan y han entrenado los grandes del boxeo boricua, incluyendo el gran triple campeón Wilfredo Gómez, probablemente el mejor boxeador que ha dado Puerto Rico.

En estos días, Cheché prefiere entrenar boxeadores aficionados. Dice que estos están más receptivos a seguir instrucciones. Además son jóvenes, y lo de Cheché es liderar jóvenes, desde niños de seis años hasta hombres que sueñan con algún día ser campeones mundiales.

“Un joven es un diamante sin pulir. Poco a poco lo estás moldeando”, le dijo Cheché al Post Antillano en una tarde reciente  cuando esperaba que llegase la lluvia de muchachos que invaden el gimnasio. El gimnasio municipal es uno de los más concurridos en la Isla. Está localizado en un pueblo que le ha dado mucho orgullo a Puerto Rico con sus atletas.

El deporte en Puerto Rico tiende a ser algo cíclico, advierte Cheché, refiriéndose no sólo al boxeo sino en general. Guaynabo fue una vez la casa de muchos de los mejores baloncelistas de la Isla en su liga profesional. La franquicia de baloncesto se mudó a otra ciudad, pero la gente de Guaynabo vive en espera de que les caiga otra franquicia para llenarlos de orgullo.

Cheché es responsable de convertir a Iván “Iron Boy” Calderón en uno de los mejores boxeadores de los pesos bajos en la historia de Puerto Rico. Calderón, que peleaba a la zurda, fue dos veces campeón mundial y un boxeador que nunca temió en pelear en suelo ajeno. Hoy día, Calderón es entrenador en otro gimnasio en el mismo municipio.

Se recuerda la primera vez que Calderón visitó el gimnasio. Fue a ver a un hermano que se estaba desarrollando como púgil. Ese día, echaron al hermano a hacer guantes en el gimnasio. Viendo que su hermano llevaba la peor parte, Calderón se montó en el ring, y comenzó a golpear al rival de su hermano.

“Fíjate, el se quedó, y su hermano se fue”, dijo Cheché.

Algo que pocos saben es que Calderón no era un zurdo natural. Cheché lo “cambió” a lo zurdo porque golpeaba más con la izquierda.

“A todos mis boxeadores yo les enseño a pelear de los dos lados. Eso le da más herramientas en el ring”.

Los que triunfan tienen disciplina

“La disciplina es lo que da perseverancia y concentración. Un muchacho que coge disciplina va a llegar lejos”.

Menciona al mismo WIlfredo Gómez como el ejemplo más vivo de un boxeador con disciplina. Dice que siempre que tomaba el entrenamiento muy seriamente.

Otros boxeadores que ha ayudado a entrenar son Félix “Tito” Trinidad, el ex triple campeón mundial que rápidamente se convirtió gran favorito de la fanaticada, una muy conocedora en el campo de boxeo. Otro púgil que ayudó a entrenar fue a Ángel “Pelayito” Hernández, un púgil ligero que era muy difícil alcanzar con un golpe.

Y es que todos los púgiles que ha pasado por Cheché tienen buena defensa. Calderón y Pelayito son ejemplos vivos de esto.

Otro boxeador que llegó a entrenar en el gimnasio fue el gran Wilfredo “El Radar” Benítez, que casi siempre fue entrenado por su padre Gregory, pero al que Cheché aconsejó.

“Me acuerdo cuando peleo con Carlos Palomino (un excampeón welter radicado en Los Ángeles). WIlfredo estaba en contra de las sogas y Palomino le tiró con como 16 golpes y no le pudo dar ni uno”.

La juventud y el boxeo

“Hay muchos problemas en la calle, pero aquí se les enseña a alejarse de ella. La juventud en Puerto Rico es muy buena a pesar de lo que hay en la calle.”

Puerto Rico tiene un grave problema de usuarios de narcóticos, y es un centro de distribución para la cocaína, heroína y marihuana que entra a los Estados Unidos continental. Puerto Rico es un territorio de los Estados Unidos, pero su gente compone un bloque lingüístico y cultural aparte de angloparlante norte. Los puertorriqueños son grandes fanáticos del deporte, de donde provienen muchos de sus héroes nacionales.

Cónsono con un entrenador que enfatiza la defensa, Cheché dice que aquellos jóvenes que llegan al gimnasio y sienten miedo que le den son los que resultan mejores boxeadores.

“Son los mejores, porque están muy receptivos cuando se les enseña. Esto es un deporte donde uno da, pero lo importante es que no le den a uno.

Al gimnasio le llegan niños tan tiernos como de seis años. Con estos, Cheché le interesa desarrollar su balance y aprender a defenderse. Nunca los echa a hacer guantes hasta que tengan más de 10 años. Cuando los pone a boxear o echar guante es con mucha cautela que los supervisa.

Las nuevas reglas de boxeo aficionado

A Cheché no le gustan las nuevas reglas de la Federación Internacional de Boxeo Amateur, que permiten que los afacionados peleen sin el beneficio de usar una careta.

“Eso cambia todo el panorama. Los aficionados pueden terminar golpeados (acabados). Hay que ver que pasa con eso. Una manera de acabar con un muchacho aficionado es exponerlo a muchos golpes.”. dijo mostrando una de las varias caretas en el gimnasio. Estas, que se utilizaban en el aficionismo hasta hace recientemente, forman un buen cojín contra los golpes fuertes.

Los boxeadores en los gimnasios usan estas caretas o hasta unas aún más abultadas. “Hay que tener ciudado porque es en el gimnasio con un mal golpe que un púgil se echa a peder. La caretas y los guantes grandes son necesarias”.

Boxeadores a emular

No es sorpresa que la mayor parte de los boxeadores que Cheché usa como ejemplo son aquellos que han tenido buena defensa. Siempre se acuerda el estilo de el peso completo de la década de los sesenta, Floyd Patterson, quien tenía una guardia alta que le cubría todo el rostro. El estilo conocido como el “peek-a-boo” era muy común en los boxeadores que manejaba el legendario Cus D’Amato, quien entrenaba a Patterson y luego a Mike Tyson.

Otro boxeador a emular es el excampeón mundial, Carlos Ortiz, un púgil que Nat Fleischer, de la revista The Ring (la revista más famosa del boxeo) incluyó como uno de los mejores 10 pesos ligeros de todos los tiempos.

“Carlos te ganaba una pelear usando solo el jab, que lo sacaba como un relámpago. También era difícil darle.”.

Son las tres de la tarde y están comenzando a entrar los aficionados que tanto le gusta entrenar. Al despedirse se le ilumina la cara con una sonrisa. Cheché es un hombre muy serio pero el boxeo es su pasión, y se ve que ha disfrutado la oportunidad para hablar del tema