La poesía negra de Nicolás Guillén

Caribe Imaginado

altCon Motivos de son Nicolás Guillén encuentra la otra mitad de su poesía, la del componente racial y social del negro, que en definitiva lo conduciría cuatro años después, con West Indies, Ltd., a construir una obra de más alto vuelo en Cuba y con mayor riqueza formal.

Sus versos anteriores respondían a los valores estéticos y de contenido propios del modernismo aún en boga -Rubén Darío murió en 1916- y dieron paso a un vanguardismo, como tendencia, en el cual difícilmente podría encasillársele.

Reconocía él mismo que siempre han existido los vanguardistas, entendiendo por tales a los descollantes en los nuevos modos de expresión literarios o artísticos en general, aunque a él también se le incluiría por su militancia entre lo más avanzado del pensamiento y la cultura de entreguerras.

Dejaba sentado que "las nuevas tendencias literarias, a las cuales se les denomina “Vanguardismo” como se les pudiera llamar de otra manera, cultivan, dentro de su vasta fobia al lugar común, una antipatía formidable por nuestro satélite", la luna del romanticismo, un "balón infame" al que se le debiera propinar, según él, "un escobazo enérgico en la cara chata".

No se ignora que mediante estructuras y hallazgos propios de la poesía hispana avanzó en una obra editada inicialmente en diversas publicaciones periódicas -sobre todo en Orto, de Manzanillo-, pero que entonces no tenía nada en común con Motivos de son (1930) y los demás derroteros que emprendería.

Su obra previa, sobre todo Cerebro y corazón, poemario inédito por más de cuarenta años, no respondía a ningún matiz racial específico, pero si hubiera que ubicarlo en alguno, tendría que insertársele en el de la predominante población blanca, nunca entre la negra o la mulata, a las que no alude.

De igual modo que los Motivos incorporaron al negro, el componente racial más preterido en la sociedad cubana de la época, West Indies, Ltd. (1934) introdujo el contenido social y popular, con un verso que "ya no cascabelea", como declaraba Guillén en una charla ofrecida en la sociedad femenina Lyceum-Lawn Tennis Club del Vedado habanero, en noviembre de 1945.

A ello agregaba: "El ritmo del bongó, que empezara enloqueciendo la fina cola de las batas, adquiere colérica profundidad. El son no es el del negro bembón, chulo, a quien sostiene la mujer, vistiéndolo de dril blanco y zapatos de dos tonos, sino el del trabajador que muere en una faena cuya dureza bárbara no resiste su cuerpo mal pagado, o que se desploma sin lograr trabajo".

En el poema homónimo expresaba claramente: "Me matan, si no trabajo,/ y si trabajo, me matan:/ siempre me matan, me matan,/ siempre me matan." Mas el que así clamaba no era negro ni blanco, sino el obrero o el empleado cubano, sin otra mercancía que su fuerza de trabajo, aunque el negro fuera en realidad más discriminado y explotado.

El salto desde los Motivos a West Indies, Ltd. obedece a una progresión sostenida, con punto de despegue el 20 de abril de 1930, hace 85 años, en la página Ideales de una raza, del Diario de la Marina, en la que colaboraba desde 1928 por iniciativa del patriota, periodista y legendario luchador independentista Lino Dou, mulato como el poeta.

A los que no entendían esta obra les replicaba: "Los Motivos de son representan para mí una simple contribución a la poesía popular en Cuba. Esto lo he dicho muchas veces, porque tuve la suerte que tal pronunciamiento lírico me llevara muy pronto a hablar desde el periódico.  Más que deshonrosamente negros, como se pretende por algunos, son específicamente cubanos".

Ni hacia el futuro dejaba margen a la duda: "Aun cuando fuera posible admitir -que ni lo quiero ni lo pienso- que el negro desapareciera como entidad física de nuestro pintoresco agregado social, perduraría eternamente por su inefable contribución al folklore y a la estupenda fuerza de su espíritu." 

Sobre lo cual introducía una precisión no comprendida en su momento: "En los Motivos de son no pinto yo nuestros defectos, babeando de placer. No presento tampoco ciertos rasgos resaltándolos como virtudes. Me limito a fijar determinadas características. Estéticamente, un “son” no tiene [más] valor que un plátano o una piña." 

Lo que remataba de modo rotundo: "igual existencia real, decisiva, tangible, tienen todos los caracteres que animan los Motivos de son. Yo no he inventado un solo rasgo. Me he limitado a recogerlos y a expresarlos después. Si a algunos les disgusta, que recuerden el consejo del clásico: arrojar la cara importa,/ que el espejo no hay por qué." 

En cuanto a la técnica literaria confesaba que su intención era que el verso corriera con sencillez ("con la relativa sencillez que puede comunicarle un hombre que lleva tras de sí la horrible tara de la Retórica") para que pudiera "lograr ingenuidad parecida a la que alcanza en las manos del pueblo".

También dejaba en claro que con su distribución rítmica perseguía "siempre cierta semejanza con el compás que el “son” tiene, tan arraigado entre nosotros y que por modo tan completo aterroriza a muchas personas cultas".

Detrás del hecho onírico que originó los Motivos, sobrevino el "color mulato" del que está teñido Sóngoro cosongo (1931), un segundo libro en el que incluyó los ocho poemas del año anterior.

En su conferencia Presencia en el Lyceum, el 20 de febrero de 1932, consideraba: "Estos pequeños poemas recogen los menudos conflictos de la masa, y cada uno trata de ser un cuadro breve, enérgico y veraz del alma negra, enraizada profundamente en el alma de Cuba. El poeta cuidó de ajustarlos al ritmo del son en forma tal, que a veces dictan al compositor el movimiento que les conviene".

Mas el profundo contenido social sólo sobrevendría, parafraseando a Guillén, cuando el poeta creciera en altura interior y su cuerpo chocara ásperamente con la vida y sufriera y llorara, y viera sufrir y llorar alrededor suyo.

Lo que ocurrió a cuatro años de los Motivos y a tres de Sóngoro cosongo con West Indies, Ltd., obra que "ya expresa brutalmente el conflicto entre el poeta y el medio en que trabaja y vive", no solo de negros, ni de mulatos, ni de blancos, sino de cubanos "todos mezclados", entonces, y luego todos unidos.