Imposible calcar la esencia

Caribe Imaginado

[…] Con la ignorancia que nos trae sugestionados

con modelos importados,

que no son la solución, no te dejes confundir busca el fondo y su razón

recuerda se ven las caras pero nunca el corazón.[…]

Plástico, Rubén Blades

 

Nunca he sido fanática de las ideas recalentadas. Desafortunadamente, me ha tocado vivir en una época en donde nuestros sistemas se nutren de ellas. Nos encontramos cada día tocando el concierto de los por si acaso.

Nuestro sistema educativo, permanece rigiéndose por estándares que no son cónsonos con las realidades específicas de nuestros niños y niñas. Su verdadera esencia como: isleños, caribeños y puertorriqueños. Se les diluye, en modelos educativos extranjeros poco específicos y eficaces.  Debemos tomar muy en serio, los procesos educativos, pero tenemos que entender que no son aplicables a cada niño y niña, como una receta absoluta; como una cura mágica para todos los males.  Si pudiéramos ser daltónicos y tener la imposibilidad de distinguir la diferencia entre los colores, nos ayudaría, en principio. La política debe ser extirpada, en su totalidad de los procesos educativos de todos los pueblos. Los modelos educativos deben regirse por la esencia de nuestro país. Con tantos años de desaciertos, tenemos que haber aprendido algo. No nos subestimemos, ni mucho menos permitamos que otros lo hagan. Nuestra patria cuenta con profesionales altamente calificados. Mano de obra dispuesta a dar de toda su creatividad y entusiasmo  para configurar, un sistema proporcionado a las necesidades reales de nuestros y nuestras estudiantes, no una copia de otro país, en el que posiblemente ha resultado exitosa la estrategia. Esto debido a su realidad inmediata, que aunque pueda ser muy parecida, no es la nuestra. No obstante, las experiencias de otros pueden servirnos, pero no determinarán el camino a recorrer. Ese sendero lo transitaremos con nuestros aciertos y desaciertos. “ Nadie debe aprender por cabeza ajena” decían nuestros viejos. Debemos retomar esta sabiduría y aplicarla. Atrevernos a innovar, nuestra patria reclama el esfuerzo de todos y todas. No es momento de lamentarnos, es momento de sacudirnos las cauterizaciones de nuestras conciencias y derrochar esa esencia de gente buena, que sin duda tenemos.