La pobreza en Puerto Rico

Economia Solidaria

En el contexto de la celebración del Congreso de la Asociación de Estudios Latinoamericanos (LASA por sus siglas en inglés), el Centro de Estudios Puertorriqueños del Hunter College de Nueva York coordinó un foro titulado “Economic opportunity after the Great Recession: The case of Puerto Ricans and other Latinos”. En el foro el profesor Héctor R Cordero- Guzmán presentó su trabajo sobre la pobreza en Puerto Rico y dejó a la audiencia impresionada por sus análisis.

En primer lugar el profesor Cordero, del Baruch College en Nueva York, expuso un cuadro de la pobreza en Puerto Rico comparada con la pobreza de los puertorriqueños en Estados Unidos. Según esos datos los puertorriqueños que viven en Estados Unidos se dividen en dos grupos, en primer lugar los nacidos en Estados Unidos y en segundo lugar los nacidos en Puerto Rico pero que viven en Estados Unidos. Los nacidos en Estados Unidos tienen una edad media de 21 años mientras que los nacidos en Puerto Rico, pero que viven en Estados Unidos, tienen una edad media de 47 años. El primer grupo cuenta con un 34% de niños viviendo bajo los niveles de pobreza mientras que los nacidos en Puerto Rico tienen un nivel de niños viviendo bajo el nivel de pobreza de 50%. En ese sentido podemos identificar las diferencias entre los que son migrantes, que sufren un nivel de pobreza que es un 16% mayor que el que sufre el grupo de puertorriqueños que no es migrante.

En segundo lugar el profesor Cordero presenta los datos sobre los puertorriqueños que viven en Puerto Rico. En este caso no se hace una distinción sobre el lugar de nacimiento, así que los datos incluyen aquellos puertorriqueños nacidos en la isla y los que regresaron o vienen de los Estados Unidos. Este grupo tiene una edad media de 37 años. Notemos que este dato contradice los pronósticos recientes sobre el envejecimiento de la población que la colocaba en una edad media mayor. Es interesante que la edad media de los que viven en Puerto Rico sea menor que la edad media del grupo de nacidos en la isla que migraron a los Estados Unidos. Habría que ver cuál es la media del tiempo que ese grupo lleva en los Estados Unidos para verificar el impacto de la pobreza de la isla en su condición económica. Por otro lado sería importante verificar cuál es el tiempo que le toma al grupo de migrantes para salir de las condiciones de pobreza. Según los datos presentados por el profesor Cordero la pobreza de los puertorriqueños viviendo en la isla es de 57%. Este dato indica una incidencia un 7% mayor para los residentes de la isla comparado con los residentes de los Estados Unidos que migraron y un 23% mayor que la pobreza de los niños del grupo de nacidos en los Estados Unidos.

Otros datos de la presentación del profesor Cordero hacen que la misma sea mucho más valiosa. La pobreza de Puerto Rico esté concentrada en los pueblos del centro-oeste de la isla, que son los que han tenido una mayor pérdida de población en años recientes. En segundo lugar los elementos relacionados con los indicadores de pobreza, es decir, aquellos factores que provocan las variaciones de los niveles de pobreza que identifica el profesor Cordero son el nivel educativo y la oportunidad de obtener un empleo. Según los datos presentados mientras mayor es el nivel educativo menor es la probabilidad de que una persona caiga bajo los niveles de pobreza. Un dato importante indica que el sector con un nivel educativo menor de escuela superior tiene un nivel de pobreza, al 100% de los niveles de pobreza federal, de 61%. El sector con un nivel educativo con diploma de escuela superior tiene un nivel de pobreza de 44.9%, los que tienen algunos estudios universitario bajan a 32.3% y los que tienen grados universitarios o mayores tienen un nivel de pobreza de 12.9%.

Estos datos colocan en la mira la grave contradicción del sistema de Puerto Rico. Por un lado la manera de escapar de la pobreza parece estar íntimamente relacionada con la posibilidad de obtener un nivel educativo cada vez mayor pero por otro lado el mercado de empleo tiene una capacidad cada vez menor de proveer dichos empleos. Es por esta razón que tenemos graduados universitarios sirviendo tragos en hoteles caros de la isla o atendiendo mesas en restaurantes. Esto nos coloca ante el grave problema de prepararnos para el futuro, planificar y establecer algún tipo de proyecto que pueda tener continuidad más allá de cada cuatro años.

En sus conclusiones el profesor Cordero nos indica que uno de los problemas de la isla es que hay un nivel reducido de experiencia en la implementación de programas efectivos. Estos está relacionado con el problema de los cambios de gobierno y que usualmente hay una gran movida de empleados gubernamentales cada vez que hay un cambio de partido. Este hecho ha implicado que los procesos estén centrados más en la burocracia que en los impactos que los servicios y programas tienen en la reducción de niveles de pobreza. En última instancia hay un grave problema con la institucionalidad. Si los gobiernos cada vez que entran atacan la institucionalidad del país es imposible desarrollar una memoria institucional que permita establecer programas efectivos por que cada cuatro años vienen personas nuevas que no saben lo que se está haciendo y no comprenden el marco general de los proyectos que se han establecido.

Seguimos teniendo un problema profundo de pobreza en Puerto Rico, una institucionalidad muy débil y una capacidad muy reducida de responder efectivamente a los problemas que la pobreza representa. El reto es poder restablecer, si alguna vez la hubo, una institucionalidad que no responda a los cambios de partidos y así poder dar respuesta a los retos de una globalización que nos ha tragado lentamente y ante la cual hemos actuado con un total desconocimiento de lo que está pasando. Gracias al profesor Cordero por lo que nos ha dejado saber, y ahora nos toca a nosotros responder de manera efectiva y radical.

Crédito foto: Rennett Stowe, www.flickr.com, bajo licencia de Creative Commons (https://creativecommons.org/licenses/by-nd/2.0/)