El orden mundial o la pauperización de la mayoría: de Atenas a San Juan

Economia Solidaria

Recientemente, y a raíz del referendo en Grecia, se han traído a la atención del mundo las declaraciones de Christine Lagarde, directora del Fondo Monetario Internacional, en las que advierte sobre el alto costo para los Estados del aumento en la expectativa de vida. Sugiere la economista francesa, aumentar la edad de jubilación, que los individuos aumenten sus ahorros y que las aseguradoras privadas asuman parte de la carga.

En una economía con altos niveles de desempleo y subempleo, ¿cómo van a aumentar los ahorros las personas sin salario o con salario por debajo del nivel de subsistencia? Esas mismas personas no pueden pagar aseguradoras privadas, ¿por qué las aseguradoras privadas van a asumir esa responsabilidad, aunque quisiesen, que no ha sido el caso, sino todo lo contrario?

En el caso de Puerto Rico, la crisis fiscal es el resultado del incumplimiento de los decretos de los inversores extranjeros, la evasión contributiva de corporaciones e individuos, el favorecimiento de sectores industriales, comerciales y financieros por oficiales gubernamentales que aspiran a ocupar puestos en empresas de estos sectores, el revanchismo sindical contra el “batatal” político cada cuatro años, el mal uso de los fondos de los sistemas de retiro por administradores gubernamentales y privados y, una baja captación tributaria por parte del Estado. Los actuales sistemas de retiro colapsarán a partir del año 2020.

La incapacidad de los contribuyentes que sí cumplen con sus obligaciones para con el sistema de Seguridad Social, junto al déficit implícito por quienes no lo pueden pagar, lo evaden o lo desangran fingiendo incapacidades fraudulentas, conforman una “tormenta perfecta”. En este contexto, las palabras de Lagarde resultan aterradoras. Al igual que para los griegos, sus palabras son sinónimo de un empobrecimiento en el que algunos somos víctimas y otros –sin renunciar a nuestra responsabilidad en todo esto- hemos sido cómplices. El mercado siempre triunfa, sobre todo si nos aliamos con nuestras actuaciones gubernamentales, empresariales e individuales.

Se trata de un problema estructural que confronta la médula misma del sistema. No es ni será sustentable que unas pocas corporaciones sigan acumulando capital que excede por trillones de dólares o euros sus obligaciones, mantenimiento y desarrollo de nuevas tecnologías. Si los gobiernos no obligan a esas corporaciones a reinvertir en las economías de sus países y los países de donde extraen sus riquezas, aumentará la pauperización de sus poblaciones jóvenes y envejecientes y, por lo tanto, la criminalidad, las personas sin hogar ni sustento y la dependencia del Estado.

No nos debe sorprender que surjan nuevos movimientos como los radicales islamistas de ISIS, el Estado Islámico, que busquen derrocar el orden actual, aún sin los conocimientos o la experiencia para administrar un país. No es casualidad que se haya reportado que unos 60 millones de africanos y refugiados de Medio Oriente estén migrando a Europa por la represión o la ingobernabilidad de sus países de origen. Y están llegando a la misma Europa que advierte que no podrá mantener a sus jubilados.

Sé que es una pérdida de tiempo reproducir estas advertencias. A quienes les importa, comparten mi opinión, pero también la impotencia ante gobernantes y una mayoría que no se lo plantea por temor, comodidad u ofuscación con la próxima compra, sea para alimentar a sus hijos o para ostentar algún objeto que el mercado nos ha convencido nos distingue de la masa.

Pobre de mis nietos... y de todos los que desde las gradas griten a favor o en contra del administrador de turno, le entregarán el poder para hacer lo que quiera con nuestros recursos y luego lo cambiarán cada cuatro años por otro igual de ajeno a los intereses colectivos. Podremos vitorear o abuchear a los incumbentes todo lo que queramos. Solo cambiando las reglas el juego se podrá salir de este atolladero… Ah, ya es hora de comenzar a entender que nadie vendrá a salvarnos.

Crédito foto: Victor, Wikimedia Commons, bajo licencia de Creative Commons (https://creativecommons.org/licenses/by-sa/2.0/deed.en)