Es muy difícil abordar este tema; requiere de una aproximación sensible que espero alcanzar. Había leído sobre los múltiples desahucios en España y las consecuencias nefastas que estaban teniendo: ante la pérdida del hogar, de esa morada a la que sentimos que pertenecemos, personas habían optado por quitarse la vida. Entonces la crisis fiscal comenzaba a atentar contra la existencia misma del ser humano. Realmente horroroso.
Pero, como en este caso no importa la distancia geográfica, leíamos recientemente en Puerto Rico la noticia de una mujer de 62 años de edad que al verse incapaz de enfrentar sus problemas económicos y un desahucio se suicidó.
Al terminar de leer la noticia, me fui a casa con un gran sentimiento de impotencia, de tristeza, de incapacidad. Es ciertamente un panorama desolador.
Según la Comisión para la Prevención de Suicidio del Departamento de Salud: "Desde el año 2000 hasta el 2014 han ocurrido 4,709 muertes por suicidio en Puerto Rico, para un promedio anual de 314 suicidios".
Y aunque realmente pueden ser numerosas las causas, tal como indicara el psiquiatra Dr. Héctor Rivera González, los indicadores de intentos y de suicidios aumentan ante las crisis económicas, de acuerdo a evidencia científica. Es por ello que el experto sostuvo que en tiempos de estrechez y complejidad económica es sumamente necesario que el Estado se comprometa en atender las medidas preventivas. Como por ejemplo, aquellas personas que pierdan su empleo deberían tener asistencia de salud mental. Asimismo, es importante que los medios de comunicación estemos continuamente alertando sobre las señales para identificar un comportamiento suicida como: expresar la idea o la posibilidad de suicidarse, alejamiento de amigos y familiares, aumento en el consumo de alcohol y/o drogas, cambios en la personalidad, insomnio crónico, exhibir emociones negativas intensas poco características, llanto frecuente, sentimientos de impotencia, aburrimiento, inutilidad, fracaso, pérdida de autoestima, desesperanza, entre otras (información de la Comisión para la Prevención de Suicidio).
De acuerdo al artículo "Crisis económica y suicidio", escrito en el 2012 por el Dr. Rivera González sostiene que: "Muchos estudios han correlacionado las crisis económicas con el aumento de muertes por suicidio, en una proporción del 0,8% de aumento en la tasa de suicidio por cada 1% de aumento en el desempleo. Esta misma relación con el desempleo se presenta con los trastornos mentales como depresión y ansiedad, entre otros". Asimismo, al final de su escrito manifiesta que: "El continuo deterioro exponencial de la calidad de vida, de nuestra seguridad y de nuestra salud física y mental, exige un cambio radical de nuestra visión y de la actitud de los servicios sociales, y más específicamente en el área de los servicios de salud".
Es deber de todos estar muy pendientes a las señales y buscar ayuda y apoyo profesional. No permitamos que nada atente contra lo más preciado: nuestra vida.